El Efecto Bryan

¿Verdad o reto?

Ya estábamos a jueves.

Mis padres avisaron que su viaje se había alargado un poco porque se encontraron con unos viejos amigos. Yo acepté y dije que estaba bien. Sí, los extraño horrores pero la estoy pasando bien y no puedo quejarme. 

En este momento me encontraba en la habitación de Bryan con algunos libros abiertos y hojas desparramadas por la cama. Él necesitaba un poco de ayuda en Historia y yo en Matemáticas. Se puede decir que hicimos un buen trato que terminaríamos en la cocina con una humeante y deliciosa taza de chocolate caliente.

-¡Vamos, Bryan! ¡¿Quién gobernó en 1962?!

Bueeeeeno, no soy muy paciente que se diga.

-Freddy Krurgrer?

Preguntó con un tono divertido mientras entornaba un poco sus ojos hacia mi. Suspiré cansada con frustración y me levanté del colchón caminando hacia la puerta.

Me había venido la menstruación y no, no estoy enojada. Solo tengo ganas de arrancar cabezas a cada quien que se me cruce por la siguiente semana. 

Sentí como unos brazos me rodeaban por la cintura. Un mentón se posó en mi hombro y lo mire con mis ojos entornados y una mirada furiosa.

-¿Eres un estúpido, sabías?

Está bien. Sí estoy enojada.

-Me lo dicen a menudo. Principalmente tu.

Besó mi mejilla y me safé de su agarre. Me giró con rapidez y me crucé de brazos enarcando una ceja.

-De 1961 a 1963 quien gobernaba nuestro país fue John Fitzgerald Kennedy. De 1963 a 1969 -Arqueo sus cejas de un modo pícaro, lo cual me hizo reír- estuvo Lyndon Baines Johnson, un viejo arrugado del que escucho por primera vez en mi vida. -Esta vez ambos reímos- Luego les siguen Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush, Clinton, nuevamente Bush y terminamos con el canela pasión: Barack Obama. ¡Sí a Obama! -Exclamó lo último lanzando ambos puños al aire y se me hizo imposible no soltar una carcajada-

Lo miré con incredulidad mientras abría mi mandíbula con despacio. Hijo de puta.

-Sí mi amor, la historia se me da bien. Solo tenía ganas de pasar un rato contigo en mi habitación ya que gozo demasiado tenerte entre mis brazos y cómo te pones cuando te enojas. -Sonrió-

¡HIJO DE PUTA! Encima tiene la valentía de sonreír.

¡Alto a la carroza! ¿Acaso dijo..?

-¿"Mi amor"? -Pregunté con una ceja arqueada y una mirada llena de preguntas- Para aclarar, ni soy tuya, ni soy tu amor. Soy mía de mi. Y no soy el "amor" de nadie.

Rió. Luego besó mi frente al rodearme y quedar de frente. Me estrechó entre sus brazos con fuerza pero calidez.

-Serás mía tarde o temprano, ya lo verás. -Dijo en un tono divertido mientras abría la puerta de su habitación- ¿Vamos por el chocolate y luego volvemos para matemática?

Ahí me zafé de su agarre y lo miré con diversión.

-Estudiaremos en la sala. Con tu familia presente. Y uno en cada punta de la mesa.

-¡Zoe! -protestó y yo salí de su habitación con rapidéz.

Comencé a bajar las escaleras cuidadosamente, pero tenía prisa así que aceleré un poco bajando las escaleras a un trote suave.

Llegué a la cocina, donde habían dos tazas humeantes que desprendían un delicioso aroma a chocolate. Sonreí amplio mientras tomaba una y la acercaba a mi nariz. Amaba ese olor. Caminé hacia la sala, donde se encontraban Lucy y Neel, no sin antes echar un vistazo a las escaleras. Bryan a ún no bajaba pero podía escuchar su risa acercándose.

Rodé los ojos con diversión mientras me dejaba caer en el sofá junto a Channel. Lucy se encontraba en el suelo con las piernas cruzadas y con la taza rosa de porcelana entre sus manos. La taza de Nell era amarilla.

Minutops después, mientras jugábamos a Verdad o Reto con las niñas, llegó Bryan con otra taza humeante. Sonreí dándole un sorbo a mi taza al ver que él se sentaba a mis pies, junto a Lucy. 

-Y bien.. ¿Qué hacen mis princesas? 

Preguntó con su sonrisa dulce y un tono suave mientras me miraba.

-Jugamos Verdad o Reto.

Respondió Lucy con una amplia sonrisa mientras miraba el interior de su taza. Habría la mitad de chocolate que Carmen le había servido.

-Juega con nosotras, rubio. 

Ofrecí con una sonrisa divertida. Si él aceptaba yo la pasaría de maravillas. Digamos que soy buena para.. retos. 

Observé como Nel y Lucy le hacían ojitos y pucheros para que aceptara. Era la debilidad de Bryan y, sin que hicieran eso, él no podrías decirles que no.

Yo ya estaba maquinando algo en mi mente.

-Vale vale, solo porque tengo retos muy buenos para Zoe.

Sonrió de lado con malicia. Oh oh..

Las niñas chillaron, alzaron los brazos y vitoriaron con una amplia sonrisa.

-Está bien.. Esta bien, entonces. -Me miró sin quitar su sonrisa- ¿Verdad o Reto?

Ok. Desición difícil. Podría elegir Reto y el haría que hiciese algo totalmente vergonzoso donde posiblemente se de a conocer en Twitter, Facebook, Instagram e incluso Youtube. Pero podría elegir Verdad.. y él probablemente me haría confesar algo aún más vergonzoso que terminaría publicado en Twitter, Facebook, Instagram o Youtube.

Descubrí que él siempre tiene sus redes sociales abiertas y que en tres segundos, es decir que mientras me preguntaba, él podría estar activando la grabadora en su celular.

Entonces escogí lo segundo. 

-Bien, bésame.

Solté una carcajada, lo tomé de las mejillas, me inclinéhacia él y besé su frente. Me separé con una amplia sonrisa victoriana y triunfante. No cariño, no sería tan fácil.

-Ja!

Le mostré mi lengua con una sonrisa divertida.y él solo se cruzó de brazos, frunció el cejo y se giró dándome la espalda.

Infantil.

Nel nos miraba con diversión pero a Lucy le brillaban los ojos mientras sonreía esperanzada.

¿Qué película de princesas querrá ver?

Fue mi turno, donde elegí a Nel y ella escogió verdad. Admitió que le gusta un chico de nombre Spencer un año mayor que ella. Bryan se puso rojo de la furia y celos.

Lucy escogió reto. Al final terminó corriendo al rededor de la mesa como unas 12 veces. Terminó acostada en el suelo jadeante pero sin perder su sonrisa alegre. Se sentó nuevamente.

-¡Me toca! ¡Me toca! ¡Mi tuuuuurno!

Exclamó Lucy dando botes sobre su traserito mientras alzaba una mnopara llamar nuestra atención. Los tres la miramos especatantes y esperandola. Miró a su hermano y no hizo falta preguntarle. Bryan escogió reto antes de que Lucy pronunciara palabra alguna. Observé como le guiñó un ojo y ella rió divertida.

-¡Besa a Zoe!

Abrí mis ojos pero luego solté una risa irónica. Miré a Nel y ella sonreía divertida, incluso soltó una pequeña risa.

Miré a Bryan. Él estaba mirándome, pasmado pero una sonrisa se acercaba por la comisura de sus labios. 

Negué divertida. Seguro haría lo mismo que yo. Me besaría en la mejilla, en el puente de mi nariz o en mi frente. Quiero decir, ¿por qué el me besaría?  Sí, soy linda, hermosa a decir verdad, pero no soy como las demás... no soy una puta, o por lo menos no tengo puta.

Volví a dirigir mi mirada hacia él con una sonrisa divertida y una ceja arqueada.

Venga, no creo que él... Y mis pensamientos fueron interrumpidos al sentir sus manos en mis mejillas y sus labios sobre los míos.