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—¡Hey, Lauren!—saludaba una muy alegre Camila.

La ojiverde levantó la mirada de su libreta para ver a la morena y sonreír.

—Hola, Camz.—habló suave.

—¿Por qué Camz?

—¿Alguien más te dice Camz?

—No.

—Por eso. Mi apodo es único y original.—sonrió.

Los ojos grandes de Camila brillaron.

—¡Genial!—decía emocionada—También quiero ponerte uno...—dijo frunciendo sus labios.

En lo que Camila pensaba un apodo, Lauren regresó a su libreta. Su mano iba y venía por el papel, líneas suaves pero firmes. Estaba tratando de que en verdad el dibujo saliera como ella quiere.

Cuando terminó, colocó la fecha en una esquina del papel y observó detenidamente el dibujo.

Pudo haber sido mejor. Pero así se ve lindo.

Pensaba ella, poniendo su total atención al dibujo. Un dibujo de una chica que le recordaba a alguien, pero no sabía a quién.

Dinah entró por la puerta del aula y corrió a sentarse junto a Camila, antes de que alguien más ganara el lugar.
Miró que Lauren tenía una libreta afuera y rápidamente se preocupó.

¡Mierda! ¡¿Había tarea?!

Pensaba preocupada, hasta que se fijó mejor en lo que estaba en el papel.

Era un dibujo.

¿Camila?

Ella reconocería a su amiga donde sea. La chica dibujada, definitivamente, era Camila.

—Hey, Laur ¿por qué dibujaste a Camila...?—la ojiverde le dio una mirada confundida.

—¿De qué hablas?—cuestionó.

—La chica, la que está ahí.—apuntó la libreta—Es idéntica a Mila.

Respondió volteando a ver a su amiga, quien se veía totalmente sumergida en su mundo amarillo.

Su mundo amarillo. Donde todo era lindo y bueno. Sin preocupaciones ni estrés. Donde tu eras tú mismo y te daban una medalla por serlo, por que ser tú mismo es el trabajo más difícil e importante en el mundo.

Xantofobia↪||CAMREN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora