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Las clases ya habían terminado y Lauren y Camila ya estaban en camino a la casa de ésta última.

—Voy a llamar a mi mamá y preguntar si puedo, ¿okay?—avisaba la ojiverde.

La morena asintió.

Lauren marcó el número de su madre.
Un timbre.
Dos timbres.
Tres, cuatro, cinco timbres y contestó.

—¿Hola?— se oía al otro lado.

—Hola mamá, ¿puedo ir a la casa de una amiga?—preguntaba con el ceño levemente fruncido.

—Pregúntale a tu padre.

La ojiverde rodó los ojos y colgó.

¿Para qué hacer una pregunta de la cual te sabes a la perfección la respuesta? Siempre es no. No y no.

Pensaba al tiempo que guardaba su celular en modo avión.

—Listo.—decía sonriendo—¡Ya quiero ver tu casa!—hablaba ilusionada.

—¡Vas a amar mi cuarto!—chillaba con emoción la de ojos castaños.

Ambas estaban igual de emocionadas.

Una por que no estaría en su casa y conocería la casa de su amiga.

La otra por que pasaría tiempo con su amiga y reirían juntas.

El mejor día.

Pensaron sonriendo.

Xantofobia↪||CAMREN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora