Narra Jordán:
El momento ha llegado, el día en que por fin dejare caer la máscara ante todos, solo en ese momento sabré quienes son leales a mí.
—príncipe hemos invitado a todos en el Reino, a algunos clanes vampiros, manadas tal como lo ha ordenado—informo el Guardia—mañana será un gran día.
Sin duda alguna lo será—sonreí de manera amable ante el hombre—Prepara a unos 3 guardias de los más leales.
—como usted ordene—dice serio, hace una reverencia y se marcha tan pronto como es posible.
Camino disfrutando el silencio y la comodidad que me ofrece mi hogar, su silencio es acogedor y la soledad en ella es mi refugio eterno.
—NO sabes cuan ansioso estoy por mirar palidecer tu rostro cuando sepas quien soy... Liam—pienso mientras me dirijo a la habitación.
Ahí está ella, mirando por la ventana con gran fascinación, parece amar cada punto que mira en este lugar lleno de Calamidades.
Al parecer nota mi presencia porque habla—Es tan bonito este lugar, tan tranquilo y diferente al exterior donde viven los humanos—menciona con tristeza...
Me dan ganas de burlarme de ella y decirle lo ingenua que es, pero no por maldad, sino por su propio bien ya que no es bueno que vea cosas que no son, no quiero herirla por ello omitiré la burla pero eso no quiere decir que no le valla a decir la verdad.
Para sobrevivir en este mundo debes ver las cosas como son de lo contrario puedes cometer errores.
Como confiar en quien no debes.
—Este lugar no es tranquilo, ni bonito, no es tan diferente al mundo de esos asquerosos humanos—intento no hablar fuerte—Pues aquí hay más calamidades que allá, aquí es el infierno y ahí las llamas del fuego nunca se apagan, luce tranquilo porque su gobernante les ha dado paz y normas a seguir.
Aquí se juzgan los pecados de cada ser sin excepción alguna, ya sea dios, lobo, vampiro, mortal, etc.—hago pausa—no hay excepción.
Me mira en silenció—entiendo, sin excepción—murmura en voz baja, luego sonríe—Mañana será un gran día ¿cierto?
Intenta ocultarlo pero en el Fondo ella sabe cómo es todo esto, como funciona la vida en cualquier lugar.
—Claro, será un día lleno de emoción y conmoción—le sonrió de lado—habrán expresiones dignas de admirar Catelyn.
¿Tanto disfrutas observar sus expresiones?—pregunta sentándose en el mueble. Claro que lo hago, es divertido más divertido que jugar a las escondidas.
—sí, estas me dicen mucho de las personas—le respondo tomando asiento a lado de ella, con su mano me obliga a mirarla.
Sus ojos son penetrantes, obscuros pero por más duros que se miren en ellos hay temor y mucha desconfianza, en esos ojos puedo ver una niña temblar al no saber que sucederá en un mañana.
Está vacía y llena de temor
¿Que puedes ver en mi rostro?—pregunta seria—¿hay miedo, temor? Dime.
—« Se dice que: "los ojos de las personas son las puertas hacia su alma" »—digo tocando su cabello—pero Catelyn tu alma está vacía y tan temerosa, tienes muchos miedos, si quisiera dañarte lo hubiese hecho hace tiempo así que no tienes que desconfiar de mí.
Aleja mi mano de su cabello con su brazo derecho—pero si quisieras destruirme podría hacerlo—dice sería sin mirarme.
Si, es cierto pero de hacerlo me destruiría a mí mismo—digo mientras con mis brazos la envuelvo en un abrazo—porque ya escogí a mi igual, lo dije aquella noche "nadie puede tocarte, tú eres intocable"
Beso su frente.
Quizás lo que veo en ella es lo que mi madre llama "amar a alguien"
—Catelyn tú eres mi igual, estabas en el precipicio desde hace mucho tiempo, saltaste del precipicio al abismo cuando nos conocimos e ideamos la derrota de aquel Instituto, ahora somos dos almas iguales, tus condenas son mías, somos una sola alma—sostengo su mano mientras habló, tal como la sostendré por la eternidad
Ella sonrió como nunca la había visto hacerlo—Si tú dices eso no puedo evitar entregarte mi corazón por completo—su mano acaricia mi pelo y por primera vez eso no me molesta—A ti tampoco podrán hacerte daño porque ahí estaré para enfrentar a cualquier enemigo junto a ti.
Narradora:
Ella no es la luz del príncipe demonio, no es su salvación sino su perdición porque Catelyn es su igual, su mitad, ambos están hechos del mismo modo.
Los dos estaban en un precipicio al inicio y al final decidieron caer al abismo corrompiendo lo único puro que existía en ellos.
Eso no les importa, no es importante para ellos siempre y cuando puedan proteger a quienes quieren.
Ellos juntos son el caos total, la destrucción de cualquiera.
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El príncipe del Inframundo [#3]©
Random« 𝕃𝕒 𝕕𝕖𝕓𝕚𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕖𝕤 𝕔𝕠𝕤𝕒 𝕕𝕖 𝕙𝕦𝕞𝕒𝕟𝕠𝕤, 𝕞𝕒́𝕤 𝕟𝕠 𝕕𝕖 𝕞𝕠𝕟𝕤𝕥𝕣𝕦𝕠𝕤 » Me presento ante todos ustedes caballeros y bellas damas, mi nombre es Jordán Blake, hijo de Axel Blake e Idally Romina. Les invito a acompañarme en...