El príncipe del Inframundo [#3]©

Capítulo quince

Narra Jordán:

«Al final todo cae por el peso de la ley.»

Necesitare volver, según lo que dijo Ethan estaremos en graves problemas, debo apresurar todo esto, además hoy será el día que más disfrute de los que he pasado en este asqueroso lugar.

¡El castigo será aplicado!

Estoy muy ansioso por verlo suplicando que pare el martirio en aquella habitación y que su voz no sea escuchada.

—Quiero ver la desesperación en tu rostro—sonrió sin siquiera poder evitarlo, mi forma de ser últimamente sale más de pronto que antes y eso se debe a que no he asesinado a nadie por más que he querido.

En pocas palabras he estado suprimiendo a mi propia naturaleza asesina, ni siquiera he podido devorar alguna alma o matar.

Es más complicado suprimir esta sensación que solo seguirla.

—Jordán lamento lo que sucedió con tu líder—menciona el director en cuando llega a mi lado, le sonrió forzadamente y asiento sin dirigirle una sola palabra—pero espero que el castigo que le coloque sea de su agrado.

Por supuesto que lo será.

Claro director—digo observando a todos lados, entonces la veo caminar junto Dan—si me disculpa me reuniré con mis compañeros.

El viejo parece entender y me permite distanciarme, camino a prisa y al acercarme saludo, Dan no está feliz con el castigo de su líder y se nota demasiado.

—pudiste decirle que no era necesario—menciona mirándome mal—fue un error del líder pero pudiste evitar esto.

Ahora este chico parece odiarme, me limitó a observarlo y eso es lo que más parece enfadarse, jala de mi camisa—di algo imbécil—exige—no sólo me mires de esa estúpida manera como si fueras más que yo.

Quiero torcerle la mano para que aprenda a que no debe tocar al "príncipe del inframundo" Pero no puedo debo evitar hacer cosas así, mis ojos quieren volverse rojos y tomar su alma.

Miro a Catelyn, enseguida comprende mi mirada, sabe que si no hace algo para que me suelte el que morirá será él.

—Dan cálmate, el líder debe tener su castigo nadie le obligó a lo que hizo, todos le dijimos las consecuencias—explica mientras sostiene las manos del chico e intenta hacer que me suelte, pero él no quiere hacerlo—¡suéltame!

Mi voz suena a orden por lo cual el menos hace caso y levanta el puño pero lo detengo con mi brazo izquierdo—No quieres meterte conmigo así que mejor cálmate—advierto.

—Dan hazle caso, evitemos las confrontaciones, admitamos que el líder se equivocó—intenta de nuevo calmarle pero mientras más pasa el tiempo más me cansa.

Mis manos atrapan al brazo que me sostiene agarrado de la camisa y lo empujó haciendo que retroceda bruscamente hacia atrás—Me colmaste la puta paciencia, cálmate o el próximo entierro que tendremos será el tuyo—murmuro, tomó la mano de Catelyn para luego darme la vuelta y llevarla conmigo.

Imbécil es una amenaza—grita pero simplemente apto por ignorarle, mientras menos datos le dé, mejor para mis planes.

«Si quieres que algo te salga bien, no se lo cuentes a nadie...»

Esa frase es muy certera, mientras menos gente sepa de mis movimientos mayor será el efecto que tendrá y mayor será la expresión de desesperación que inundará sus asquerosos rostros.

Ellos no son iguales a nosotros, los mortales son débiles y frágiles.

«Los humanos pueden romperse con facilidad» lo sabias verdad Catelyn—le digo en voz baja, ella asiente y contesta—por eso utilizan armas para no involucrarse demasiado.

Exacto pequeña, ya estas aprendiendo—tocó su cabello levemente y lo revuelvo un poco de manera amable.