69. Caos

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- Yo no iré a prisión. – Gritó Breth Emer fuera de sí.

El hombre sufría un ataque de pánico al verse descubierto. Levantándose de la silla y empujando a las personas que estaban sentadas hacia el pasillo, llevándoselas por delante. Desde ese momento se armó el pandemonio. Varias mujeres empezaron a gritar, tratando de salir del sitio. El miedo colmó la sala. El mismo jefe de la mafia Rusa estaba presente y estaba siendo desenmascarado con pruebas fehacientes de sus fechorías. Breth se abría paso a codazos, mientras los presentes se precipitaban a la salida tratando de huir de lo que fuera a suceder. Vladimir, sin recibir ninguna orden se levantó de la silla y empezó a caminar directamente hacia Catalina quien aún estaba sentada en frente, viendo el desorden que se había armado. El juez gritaba exigiendo orden en la sala, pero nadie estuchaba sus peticiones. Uno de los policías de guardia se ubicó al lado del juez preparado para protegerlo. Los otros tres policías, trataban de imponer orden sin permitir la salida de nadie, pero la turba se venía encina sin que ellos nada pudiesen hacer.

Catalina vio como el hombre se lanzaba hacia adelante, y como la ataba a él con una mirada de odio llena de promesas de muerte. Ella simplemente se mantuvo estática a la espera. Las puertas del salón fueron abiertas por un histérico Breth, pero este retrocedió instantáneamente, producto de un puñetazo en la nariz. Vladimir sacó de entre sus ropas una especie de cuchillo hecho de un material diferente al metal, pues no había sido detectado por los dispositivos de seguridad, con la única intensión de asesinar a la persona que los había enviado definitivamente a la cárcel. Justo en el momento en que puso un pie fuera del área del público, sintió un fuerte golpe en la garganta.

Vladimir, nunca lo vio venir, el golpe en la garganta le cortó totalmente la respiración, provocándole una tos en busca de oxígeno. El siguiente golpe fue directamente al estómago, poniéndolo de rodillas en el suelo. El tercer golpe y último fue sobre la nuca, el que hizo que perdiera el conocimiento. La rabia que sentía Tony no se apaciguó, ni siquiera viendo al maldito tirado inconsciente en el suelo, hasta que sintió unos brazos delicados envolviéndole la cintura desde atrás. Ella se pegó completamente a su espalda. El volvió su cuerpo entre los brazos de ella para darle el abrazo reconfortante que ella estaba no pedía con palabras.

- TODO EL MUNDO ALTO. – la voz varonil, gruesa y fuerte de Udrich provocó que en efecto todo el pandemonio se detuviera.

Sergey quien tenía tomando a Yuri de un codo, trataba de sacarlo del sitio aprovechando el desorden, detuvo su marcha detrás de unas personas.

- NADIE SALE DE ESTA SALA. – Ordenó fuera de sí el juez. – Llamen refuerzos para contener a los presente, y todos los asistentes que están de pie provocando este caos tendrán un mínimo de 24 horas en prisión, por desacato. – Decretó.

Todas las personas se mantuvieron quietas y en silencio, para después regresar a los asientos.

- Regresen a sus puestos. ¡ahora!. – espetó el juez.

- Señorita Santillana, puede por favor regresar a su sitio. – pidió amablemente a Catalina.

- Su señoría, si me lo permite quisiera estar al lado de ella, en caso de cualquier otra situación como esta. – pidió Tony al juez, mostrando con su rostro el cuerpo inconsciente de Vladimir en el suelo.

- Concedido. – Aceptó el juez, sin siquiera preguntarle quien era. - ¿Qué alguien me explique quienes son ustedes? Los recién llegados.

- Agente especial, Albert Udrich del FBI, director de esta operación. – Contestó Udrich. – La señorita a mi derecha, quien le dio el puñetazo al señor Breth es mi Segundo agente Powell, y finalmente el agente Palmer.

- Ah, bien... entiendo. – explicó el juez.

Cambió su mirada de ellos a los papeles que tenía delante de su escritorio. Escribió algo en ellos durante unos segundos que a todos los presentes les pareció eternidades.

- Bien, en vista de que este caso ha dado un vuelco total. Hemos de cambiar las cosas. – decretó el juez. - Se dicta orden de captura a los señores, Yuri Záitsev, Sergey Gólubev, Vladímir Vorobiov, Breth Emer, y Aaron Write. Por el asesinato de Walker Hudson. Además de varios delitos contra la nación, bajo la modalidad de aislamiento total, sin Beneficio de visitas. Este juicio será aplazado hasta nueva fecha después de revisadas las pruebas y la jurisdicción de este juez. ¿algo mas que agregar?.

Nadie se atrevió a contestar nada.

- Cerrada la sesión, se pueden retirar. Agentes. – se dirigió el juez a los policías. – por favor tomen bajo aprensión a los mencionados.

Los policías de la corte, junto a todos los respaldos que ingresaron apresaron a los nombrados, esposándolos y llevándolos fuera de la corte.

DESEOS CUMPLIDOS |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora