You can lean on me ➳ Vernon

25

Hansol

—Sana y salva. —dije mientras tomábamos asientos en la parada del autobús.

—No me digas —ironizó Jules— ¿Qué podría haberme pasado en una cuadra?

—¡Muchas cosas! —repliqué— Desde el secuestro hasta haberte tropezado y golpeado en la cabeza con una roca.

—¿Te juntas con mi mamá en secreto? Ya suenas como ella, Sol. —Jules se rió mientras negaba con la cabeza.

Sonreí algo avergonzado al escuchar su nuevo apodo. Después de llamarme de esa forma y explicarme el porqué, Jules, avergonzada, se deshizo en disculpas por ser demasiado directa, otra vez. Le dije que no era necesario y que apreciaba su perspectiva de mí, que me gustaba el sobrenombre y que estaba bien si quería usarlo. Así que empezó a decirme así.

Luego de haber cenado y hablado un par de cosas más, decidimos que ya era hora de volver a casa —aunque a ella no parecía gustarle mucho la idea—. La parada de autobús estaba a una cuadra de donde habíamos comido y aunque Jules insistió en que no era necesario que la acompañase, lo hice de todas formas.

—El autobús llegará como en media hora más. —advertí al leer la pantalla con los horarios.

—Mmm. —Asintió.

Estaba revisando su celular. Había visto como lo había guardado cuando estábamos en el parque de diversiones, supuse que tendría muchas notificaciones que revisar. La vi hacerle muecas al celular, teclear un par de cosas y luego bloqueó la pantalla. Se dejó caer hacia atrás, apoyando la espalda en el respaldo del asiento y largar un gran suspiro.

—¿Alguna vez...? —Comenzó a hablar. Se detuvo unos segundos, parecía estarse debatiendo entre si debía seguir o no— ¿Alguna vez te han apuñalado por la espalda? —musitó— ¿Alguien en quien realmente confiabas y que nunca se te ocurrió que hiciese eso? —murmuró.

La observé interrogante. Estaba mirando hacia sus zapatillas mientras jugaba con los brazaletes que traía puestos. ¿Por qué me preguntaba eso? ¿Tenía que ver con el porqué se vino sola de Busan y estaba pasando su cumpleaños así? De tan sólo pensar que alguien había traicionado su confianza me ponía de mal humor, no sólo por ella, en general, las personas así me desagradaban mucho. ¿Con qué fin la gente así eso? ¿Y a personas que no se lo merecen? De verdad no lo entendía, ese tan mal hábito que tenía el ser humano de apuñalar a alguien por la espalda, no había excusa alguna para ello.

—Mmm, honestamente, no...intento alejarme de ese tipo de gente. —respondí cautelosamente.

Jules hizo una mueca, parecida a una sonrisa, pero sin duda estaba cargada de ironía.

—Créeme que yo también y normalmente soy muy recelosa a la hora de confiar en alguien, también suelo tener un buen ojo para ese tipo de gente, pero... —Se encogió de hombros— Hay algunos que son muy buenos para fingir ser lo contrario y ese carisma puede ser bastante embaucador. Tsk. —Chasqueó la lengua y se cruzó de brazos— Me siento bastante estúpida ahora. —refunfuñó.

—¿Puedo preguntar...? —musité. Ella asintió, entendiendo lo que quería decir.

—Ayer por la noche discutí con mi mamá. Nada fuera de lo normal, el tema siempre es el mismo y, sinceramente, le intento dar no tanta importancia a algo que ya ha gastado muchos años de mi corta vida. —Explicó— Después de eso, el que creía que era ya un buen amigo mío... —Suspiró sonoramente— Bueno, lo escuché hablar a mis espaldas cosas sobre mí con otra persona, oí cuál era su verdadera opinión acerca de mí y cuando lo encaré sobre ello, se defendió excusándose con "no es lo que parece" —Hizo comillas con los dedos mientras usaba una voz distinta, mofándose— ¡Y una mierda! ¿Me cree tonta o qué? —Exasperó—. En fin... ya no quería estar en Busan, es por eso que tomé mis cosas y me vine sola anoche.