You can lean on me ➳ Vernon

09

Jules

—Es que en serio —bufé sentada en el piso— De haber sabido antes, me hubiese ido de compras... ¿Y ahora que me pongo? —Me dejé caer de espaldas hacia el montón de ropa que tenía acumulado allí.

Escuché la risa de mi amiga provenir desde la laptop.

—Pues va, con lo que tienes tendremos que hacer magia —contestó— ¿Qué hay de la falda negra que me mostr...?

Me enderecé rápidamente y apunté la pantalla con mi dedo índice.

—¡No te atrevas ni a sugerirlo! —Le interrumpí— ¡Hace como mil grados bajo cero allá afuera! ¡No voy a usar una falda!

—¿Y cómo quieres ir decente si no haces más que poner peros a todo? —refunfuñó.

—¡Tengo jeans! Algo podremos hacer con eso, pero borra de tu mente la idea de la falda. No está ni a discusión, Rebeca. —repliqué.

—Uy, vale. Veamos esos jeans negros.

Eran las cuatro de la tarde. Seolyoung pasaría por mí a las diez. Que sí, tenía mucho tiempo aún y por mi estaría echada en el sofá viendo series, pero como no sabía qué diantres usar, necesitaba ayuda de alguien que me estuvo "vistiendo" desde que nos habíamos vuelto amigas y como ella aún estaba en Latinoamérica, teníamos que arreglárnosla con la diferencia de horario.

—¿Y si me pongo esto debajo del jeans? —dije alzando ambas prendas frente a la laptop.

—¿Por qué quieres usar eso debajo del pantalón?

—¡Porque no quiero convertirme en una paleta andante! —respondí.

—No manches, ¿por qué eres tan friolenta? —bufó.

—Pregúntale a mi mamá, que salí a ella. Y eso, lo tolero mejor. Sin embargo, no planeo tener que mostrar más de lo necesario solo para que se vea bonito. Que es invierno, hueón. No sé cómo las coreanas pueden andar con faldita... —farfullé.

—Pues hay que ver —La escuché suspirar— ¿Y qué te pondrías arriba de eso?

—Mhm... —musité.

Volví a rebuscar en el desastre de prendas que tenía en el suelo y cama. Ni yo sabía que tenía tanta ropa y siempre me quejaba de que me faltaba. Pero oigan, que a una mujer siempre le va a faltar. Es que sí tenía, sin embargo, no poseía mucha ropa que de verdad abrigara y fuese decente. No iba a usar esos chales de lana que la abuelita te anda regalando para las fiestas.

—A ver, esa que tiraste recién —dijo Rebeca de repente.

—¿Cuál? ¿Ésta? —Alcé un top blanco.

—Ajá. Mhm... A ver, ponte todo.

Moví la pantalla hacia la pared para que no me viese cambiarme. Las dos éramos mujeres, pero apreciaba mi intimidad. Me puse todo, lidiando un poco con el top porque tenía un cierre en la espalda que no alcanzaba y no quería ir y salir a medio vestir porque estaba Minsoo en casa. Tampoco quería llamar a gritos a mi mamá porque de seguro me regañaría por el desorden y empezaría a preguntarme la razón por la que estaba arreglándome seis horas antes. Y no tenía ganas de responder eso. Que ya ven, mi mamá tenía una imaginación muy activa.