Sentir las estrellas

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—Troye—

—Lo diré por ultima vez —susurré con una sonrisa—, ¿seguro?

Ahora estábamos sentados, lo estaba mirando, mirando como sus ojos se ponían como cristales. 

Simon asintió y coloco sus manos sobre mi cuello para que siguiera besándole.

Mis manos estaban demasiado cálidas, cuando las sintió en la zona más sensible que tenía, apoyo la cabeza con fuerza sobre su mano. Comencé a masajear y se le hizo imposible contener aquel jadeo que guardaba desde que comencé a tocarlo. Podía ver como apretaba sus labios para no soltarlo. 

Pude ver como poco a poco la presión que sentía hizo efecto, haciendo que tuviera una erección. Desabroché el botón de sus vaqueros y baje la bragueta con lentitud. Simon tomo mis hombros con fuerza en señal de que siguiera, aunque esta no era demasiado clara.

Soltó un pequeño gemido al sentir el tacto nuevamente en el mismo sitio, sonreí encantado de escuchar aquello y saque su miembro de sus calzoncillos. Entré a masturbar aquella parte, Simon se ruborizo ante aquella presión y comencé a besar su cuello mientras seguía agitando mi mano sobre él y apretando suavemente. El niño apretó las sábanas bajo sus manos hechas puños. Echó su cabeza hacia atrás y apretó los labios buscando no soltar algunos gemidos que contenía con fuerza.

—No, no, no los contengas —pedí de inmediato—, suéltalos para mi, bebé.

—Tr-Troye —susurró demasiado agitado—. Ya n-no hagas e-eso.

Me encantaba oír como gemía y rogaba. Su voz era tan linda así agitada, tan cansada y con tanto placer.

Simon colocó su mano en su frente y soltó aire caliente, intentando contenerse un poco y aguantar. Pero, sabía que se le era difícil. Después de todo, nunca nadie lo había tocado. Y sabía que la primera vez resultaba demasiada presión en un lugar tan sensitivo, simplemente enloqueces. 

Los gemidos se le fueron escapando poco a poco, mientras que yo no paraba de sonreír al escucharlo. 

—Si lo de recién te gustó, esto te hará ver las estrellas —susurre con una pequeña sonrisa que se escapaba de mis labios. Viendo los suyos, me encontré con que se veían demasiado rojos.

—Es-espera, ¿qué vas a hacer? —preguntó entrando en desesperación.

Introduje su miembro en mi boca, comencé a hacerle una mamada y él agarró las sábanas con más fuerza. Lo chupé de diferentes forma, como si se tratase de un helado, introduciendo todo a mi boca o le daba un masaje allí durante rato para ver como soltaba uno que otro gemido. Sabía lo que se sentía una lengua caliente desenvolviéndose en esa parte, pero Simon gemía sin poder parar.

Simon se tapo la cara con las manos, estaba colorado a más no poder.

Los gemidos que soltaban me motivaban a seguir con más rapidez y frecuencia. Intente tener cuidado con lo dientes, no quería morderlo...

—Tro-Troye —titubeaba mientras que yo seguía aumentando la velocidad—. N-no tan... ahh... No tan rápido, i-idiota.

Pero, por alguna razón, aumente cada vez más la rapidez y él se limito a sostenerse el pelo intentando no chillar más.

Entonces, casi me atragantó con su miembro, sentí una arcada provocada de que tocó mi campanilla. 

—¿Estas bien? —preguntó un tanto agitado.

Saque su pene de mi boca y un hilillo de salvia quedó entre mi boca y este. Sabía que Simon estaba viendo eso, mientras que soltó un gemido agudo que intento ahogar. Una sonrisa se me escapó al ver esto.

BAD BOY GAY (Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora