ONE SHOTS (CODY FERN)

CODY FERN

FORBIDDEN DESIRE

Era viernes por la noche y Erica se encontraba arreglándose para la cena familiar que tendrían.

Su hermano gemelo vendría a visitarlos con el pretexto de presentarles a su novio. Ella no estaba interesada en la cena, incluso se había disgustado por haber interrumpido en sus planes de fiesta, alcohol y sexo.

Después de que su hermano diera a conocer su orientación sexual todo se fue al carajo. Sus padres abandonaron la religión que tanto profesaban seguir y decidieron aceptar las consecuencias de sus nuevas vidas. Erica lo había agradecido porque ahora podía disfrutar de todo en exceso sin la necesidad de esconderse para fumar o beber.

Miró su reflejo en el espejo asegurándose de que se veía fenomenal. Así como Eric era exhibicionista ella era descarada.

—Erica, baja ya llegó tu hermano.–escuchó la voz de su madre gritando desde la planta baja.

Soltó un gruñido y arregló sus perfectas ondas antes de salir de su habitación.

En cada escalón que bajaba podía escuchar las risas de sus padres, rodó los ojos con fastidio. No sabía porque, pero Eric siempre había sido el favorito y lo odiaba por eso.

Se acercó al comedor y observó a los presentes, deteniéndose en lo que para ella fue una obra de arte.

Unas incontrolables ganas de llorar la invidieron y se negó a creer que ese magnífico hombre era el novio de su hermano. ¿por qué a él siempre le tocaba lo mejor?

—Tan retrasada como siempre.–dijo Eric ganándose la desdeñosa mirada de su gemela.—Quita esa cara que espantaras a mi novio.

Erica bufo y se acercó al comedor dispuesta a sentarse, sin embargo el rubio se levantó de su asiento y recorrió la silla para que ella pudiera sentarse. Era todo un caballero y también era bisexual según sabía, por lo tanto sonrió al pensar que lo había deslumbrado con su belleza.

Eric siempre fue muy envidioso y territorial con sus cosas, lo tenía demasiado en claro pues de niños siempre recibía castigos y regaños por quitarle las cosas al preciado bebé.

Sonrió con descaro al hombre. Era hora de vengar todo lo que su gemelo le había hecho.

—Gracias.–murmuró con voz seductora y sonrió ampliamente.

Cody asintió antes de regresar a su lugar.

La cena transcurrió tal y como ella lo había pensado, con Eric de tema central. Aunque Erica pudo sentir las continuas miradas por parte del rubio.

—¿Y tú a que te dedicas?–increpó mientras sostenía su copa y miraba al hombre que tenía delante de ella.

—Estudié administración y mercadeo, pero soy actor.–respondió mirándola jugar con sus labios sobre el cristal de la copa.

—¿Cómo es que terminaste en el mundo del drama?–sonrió incliándose hacia adelante.

—Cuando cumplí 22 años me di cuenta de que odiaba mi vida. Odiaba la música que escuchaba, odiaba la ciudad en la que estaba, odiaba a las personas con las que me relacionaba. Tuve que hacerme algunas preguntas realmente serias sobre quién quería ser.–respondió sin dejar de mirarla a los ojos.

—Al parecer no somos tan diferentes.–sonrió Erica y bajo la mirada hacia su plato.

Aquel hombre le estaba causando millones de sensaciones y apenas lo conocía. Mordió su labio al imaginar sus grandes y blancas manos rodear su cuello, casi pudo sentir el frío de sus anillos y le causo un temblor. Debía controlarse o de lo contrario se darían cuenta de que se encontraba presenciando un casi orgasmo.

Sin embargo Cody notó el rubor en las mejillas de la pelinegra y el ligero temblor en su cuerpo.

Sonrió con descaro a la joven y su mirada cayó en el escote que lucía con cinismo. Tenía grandes pechos, largas piernas, cintura pequeña, era la versión femenina de Eric, pero con la diferencia del color de ojos. Los de ella eran verdes, un precioso verde poco común.

Sabía que estaba mal. Era la gemela de su novio, sin embargo la sensación de tenerla aunque sea por una vez lo consumió y se prometió que de alguna u otra forma iba a conseguirlo.