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Tres meses después

Madison's POV:

El tiempo había pasado y con él miles de cosas. Como era de esperase, la novia de mi mejor amigo habría sido aceptaba en la beca que le ofrecía el centro médico de Seattle.

Y Louis estaba en eso. Él ya había hecho la decisión dos semanas atrás.

Y ahí estaba yo. Un poco más hundida, más triste que el día anterior. Mi cabeza reposaba sobre la fría cabecera de mi habitación mientras que una delgada manta cubría mi cuerpo. El otoño ya había llegado a Nueva York y con él las bajas temperaturas.

Sin embargo, ni todas las frazadas ni el suéter más grueso podía hacer desaparecer el frío de mi cuerpo.

Cansada de la situación de mierda en la que me encontraba, me levanté de mi cama y acomodé el holgado suéter que vestía, para después cruzar el pasillo y tocar la puerta del departamento de al frente.

Louis estaba ahí, vistiendo unos simples pantalones de chandal y un hoodie color negro.

—Madison— susurró con su voz ronca.

—Tienes que escucharme.

—No hay nada que hablar, por favor no lo hagas más complicado.

Y ahí estábamos de nuevo, discutiendo por milésima vez consecutiva. Había tratado de hablar con él durante un mes completo pero las palabras no salían de mi boca.

Mi garganta se apretaba y lo único que quería entonces era llorar.

Él no se podía ir.

—Louis, por favor.

Él simplemente rodó los ojos y me hizo pasar a su departamento. Entonces maldecí de nuevo al sentir que no iba a ser capaz, él tenía papeles regados por todos lados y supe que estaba organizando todo.

Él se iba.

Y yo no podía decir nada.

—N-no...

—¿No qué Madison?

—No puedes...

—¿No me puedo ir?— dice soltando una risa sin gracia— Me voy dentro de dos días, ya no puedo hacer nada.

—Louis no puedes... Quiero que te quedes.

Y entonces él me miró. Furioso.

—Sabía que esto iba a pasar— susurró— Madison por favor no lo hagas más difícil, sólo piensa en el enorme favor que te estoy haciendo.

¿De qué mierda estaba hablando?

Él no me estaba haciendo ningún favor, estaba bien lejos de ser así. Si tan sólo pudiera decir lo que sentía.

Si tan sólo pudiera decirle mi estado, él quizás lo entendería.

Me consideré entonces una tonta, porque no podía hablar. Las palabras no salían de mi garganta y sentía que cada respiración que daba dolía un poco más.

Mis manos sudaban y mi pulso claramente estaba elevado, todo eso sumándole las estúpidas hormonas que me hacían llorar por todo.

No comprendía. Simplemente no comprendía porque él tenía que irse justo en ese momento.

—Te necesito Louis, sobre todo ahora que...— pero no pude.

Él se quedó callado un segundo esperando seguramente a que yo termine de hablar. Pero mi corazón se apretó en tan sólo verlo de pie, con la mirada llena de intriga y emociones que no era capaz de descifrar.

Into You » L.T (#1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora