Cap 34- Telenovelas.

1.2K 110 35
                                    

*Camil*

- Tengo que ir a la clase de Física – le dije a Kelly mientras veía como Mike desaparecía por las personas del pasillo.

- ¿Enserio?, yo también – anunció emocionada.

- ¿De verdad?

- No – contestó más tranquila.

- ¿Y por qué dijiste que si? – pregunté extrañada.

- No sé, me aburrí al momento – se encogió de hombros – nos vemos, niña de algodón de azúcar – se despido elevando su mano y caminando hacia la derecha.

Me dirigí a mi clase intentando evitar las curiosas miradas y comentarios no muy disimulados de mi o de mi atuendo, creo que es más sobre el atuendo.

- Si vienen por mí me hago bolita – susurré fastidiada mientras me sentaba en la segunda mesa de la primera fila sin mirar atrás o adelante.

El profesor llegó y comenzó con su clase, y de hecho, no me importaba, lo único que oía son los cuchicheos de los hormonales adolecentes a mi alrededor mirándome de reojo o de frente.

Podía sentir como la adrenalina llenada mi sistema, iría a golpear a alguien si se me acercaba a molestarme.

Sentí que algo me tocó el hombro, decidí pensar que era solo mi imaginación.

De nuevo tocaron mi hombro, bueno, no era mi imaginación, pero no iba a voltear.

Otra vez tocaron mi hombro, pero no fueron simples toques, fue una brusca zarandada, bien, eso fue el colmo.

Quien quiera que fuese morirá… bueno, quizá no morirá, pero creo que se entiende la idea.

- ¡Qué demonios quieres! – Grité enfadada mientras daba la vuelta, nunca fui alguien de gran paciencia – ¡Déjame en paz, neandertal! – al ver quien estaba tras mío callé abruptamente.

Su cabello castaño.

Sus ojos cafés.

Su típica sonrisa cálida.

- ¡Victor! – volví a gritar mientras literalmente saltaba de mi asiento a abrazarlo.

- Camil, todos nos están mirando, creo que es mejor que…

- ¡Cállate! – lo corté en la mitad antes de que siga con sus malditas escusas.

- Veo que ambos tienen mucho de qué hablar, así que háganlo en la oficina del director – contestó molestamente el calvo profesor de física.

- Si lo que diga – tomé de la mano a Vic lo saqué de la clase mientras corría emocionada.

Al salir de la clase volví a abrazarlo de nuevo, pero con más fuerza que antes.

- Camil, tengo costillas y pulmones, ¿sabes? – habló sin aire.

- Oh, claro – respondí algo avergonzada por mis actos impulsivos.

- Gracias – dijo algo más tranquilo – y dime por qué te ves tan… – miró mi cara que tenía una expresión de advertencia – tan fantabulastica – sonrió al final.

- ¿Fantabulastica?

- No preguntes, Mike a veces es muy raro con las palabras.

- Bueno, al menos no ha dicho hipopotomostrosesquipedaliofobia – me encogí de hombros.

- Hipopoto… – intentó repetirlo – eso es mucho más difícil de pronunciar que el trabalenguas de los tres tristes tigres.

- No lo es – negué con la cabeza – ¿Por qué no sabía que ibas a estar aquí hoy?

Despertando a los vecinos de abajo (Vic Fuentes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora