8: Noche mágica.

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Kiri y las chicas están en el restaurante. Cuando entro los encuentro en la mesa riéndose. Me siento con ellos y en un instante me olvido de Seiji, Kemy y todos sus problemas.

- Pero ¿dónde estabas? Izuku estaba como loca... - Kiri se ríe mientras la mira y le guiña el ojo- Me da de que está loca por ti. Esta noche es como Nutella untada sobre esta rebanada de pan... ¡Sólo tienes que hincarle el diente!

Kiri, que es un gourmet, ha escogido un blanco, un sauvignon que acompaña toda la primera parte de la cena.

- Bueno... Aquí están las provoline gratinadas y las flores de calabacín rellenas- la camarera/dueña las deja en medio de la mesa y se va dejándonos así, extasiados con el aroma de esos platos recién cocinados.

Izuku y Denki los prueban. Izuku cierra los ojos mientras come y después los abre lentamente.

- Esta riquísimo...

Le sonrió.

- Sí, como tus besos.

Ella también me sonríe, se acerca y me da un beso suave en la boca.

- ¿Dónde estabas? Por un momento pensé que no vendrías. ¿Sabes lo que he pensado? Que habías tornado con tu ragazza...- Se queda en silencio durante un momento- Y debo decirte que me he sentido triste... Y me he sorprendido molto- después sonríe- ¡Pero ahora estás aquí!- y yo también sonrío, fingiendo que lo he entendido todo, aunque debía de tratarse de algo bonito teniendo en cuenta que me acaricia la mano.

- ¡Aquí están los segundos!- está vez es el dueño amigo de Kiri quien trae los platos y los deja en la mesa con delicadeza. Esta vez Kiri ha elegido un buen tinto.

- Es un montepulciano, es excelente, huele, oled.

Los sirve en las copas que nos han traído y nos lo hace probar a todos. Esta realmente rico.

- Pero ¿dónde has aprendido todas estas cosas?

- Mina hizo un curso de sumiller. Su padre es propietario de una bodega y ella trabajará allí, me estuvo enseñando algunas cosas.

- Y ¿A la otra no le extraña que sepas tanto sobre vinos?

- Tsuyu no se hace tantas preguntas, y además está contenta porque su padre tiene un restaurante... ¡Y así puedo enseñarle a maridar los vinos!

- Pues claro... mientras Kyoka, la del pub, te cuenta los secretos de la cerveza.

- ¡Exacto! ¿Lo ves? Poco a poco me voy enriqueciendo culturalmente.

Nos traen el postre. Pastelitos de chocolate con crema de mascarpone. Denki ni siquiera espera a que le den una mínima explicación: ya ha metido la cuchara en el pastelito, coge una gran porción y se la lleva a la boca.

- Mmmmm ¡Es incredibile!

Kiri no se queda atrás, parece que estén haciendo carreras, casi lo engullen, con la cuchara hacen cada vez más ruido en el plato y al final gana Kiri.

- ¡Ya está!- después la mira con aire malicioso, levanta la ceja lleno de deseo y sonríe de manera libidinosa.

- ¿Nos tomamos otro? ¿Un altro?

Salimos al cabo de un rato.

- Venid, tengo una idea genial, estoy seguro de que os quedareís sin palabras... Ho pensato una grande idea...

Kiri se mete por callejuelas hasta que llegamos.

- Ya hemos llegado, nos están esperando.

Leo el cartel: ACQUAMADRE HAMMAM.

- No me lo puedo creer, un baño turco... Pero no llevo bañador.

- ¡Aquí los teneís!- abre una bolsa que lleva colgada a la espalda y saca un paquete con cuatro bañadores- Tomad. De todos modos estaremos solos, también podríamos bañarnos desnudos- me guiña el ojo y desaparece en el interior- Hola, Ibara. Ya he hablado con Kan...

- Vale, ya conocéis el camino ¿no?

- Sí... Vosotras ir hacia allí. ¿Qué os parecen los bañadores? ¿Os piace il colore?

- Sí, perfecto. ¡Hasta la talla!
Y sonriendo le guiña el ojo a Denki, que niega con la cabeza divertida.

- ¡Tú estás pazzo!

- Sin duda, di te...

Poco después, Kiri y yo estamos en el agua, está estupenda, y también sentimos curiosidad por las que estamos esperando.

- ¿Has visto que pasada de noche? Una cena perfecta, ahora aquí en las piscinas, como los antiguos romanos, es más mucho mejor...

- Y ¿Por qué?

- ¡Porque ellos no tenían extranjeras!- profiere un silbido y, rápido como una serpiente cascabel, me pellizca entre las piernas.

- ¡Venga ya!- me echo en seguida hacia atrás, muy de prisa.

- Además, está todo pagado ¿qué más quieres?

- Sí, de hecho no creo lo que ven mis ojos... mejor dicho, mis bolsillos.

- Ay, tío, yo cuando digo una cosa, la hago. ¡Ya vienen!

HappinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora