No soy una Lunática

Los inconvenientes de ayudar

Canción ambiente:

Already Gone - Sleeping at Last
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“ Y no estás segura de que es peor. Si el shock de lo que pasó, o el de lo que nunca pasará”

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Al día siguiente se levantó temprano para ayudar a la señora Pomfrey. Lo hacía con mucha frecuencia, y le ayudaba a ganar experiencia. Había empezado un poco después de que a James casi le rompieran la cabeza, por que al comenzar la temporada de Quidditch la enfermería estaba desbordada.

Hasta la mitad de la mañana todo transcurrió con normalidad. Al ser domingo no había tantas quemaduras por clase de pociones o heridas por clases de vuelo, así que se dedicó a organizar las plantas con beneficios curativos, que conocía mejor que nadie.

Justo cuando estaba terminando, Mcgonagall entró corriendo, y la seguía Hagrid con dos cuerpos inconscientes en brazos. Cerraron las puertas rápidamente, y tanto ella como la señora Pomfrey se acercaron corriendo.

— Poppy, es una urgencia ¿Hay algún alumno?

La señora Pomfrey la señaló.

— Ya sabe que me está ayudando.

— ¿Se debería ir?

— Podrá aguantar lo que sea, es buena

La chica no pudo evitar sentirse algo orgullosa, pero se volvió a centrar en lo importante

— Está bien. ¿Pero hay algún paciente?

— Acabo de mandar a reposo a su sala común a Doyle.

— Perfecto, haga sitio en dos camas y vengan rápido.

Stella corrió a abrir una camilla mientras Pomfrey abría otra y esperó para ver cómo Hagrid dejaba suavemente a una chica con un vestido que en un momento fue naranja, pero ahora estaba manchado de sangre y tierra, y roto. En la otra camilla descansaba un alumno al que apenas le podía ver la cara de lo llena de barro que estaba, pero tenía las gafas rotas.

Se quedó de piedra al reconocerlos. Megan y Dany. Cogió aire, y con lágrimas en los ojos esperó órdenes de  la enfermera

— Aquamenti... Por Merlín... Las de el son heridas de Cuchillo... ¡Por todas las brujas!— la mujer se levantó y empezó a coger cosas — Stella, tráeme la mezcla de lavanda y limón. La fuerte, que lleva alcohol. Y también... ¿Sabes que? Tráeme todos los desinfectantes que tengamos.

La ojiazul se dirigió rápidamente al botiquín. Mientras caminaba, escuchó a Pomfrey hablarle a la directora.

— Son heridas de bala...

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Los dos chicos habían estado inconscientes, el que les había atacado los había dormido con cloroformo. Dany estaba mejor, las heridas limpias y el pulso recuperándose. Las heridas de cuchillo no estaban en lugares cruciales y tampoco eran muy difíciles de curar, Stella las había desinfectado lo suficiente rápido.