Niños con armas

1.8K 172 106
                                    

Canción ambiente:

Pumped up Kicks - Foster the People
_______________________________________

“Una sonrisa te llevará lejos, pero una pistola y una sonrisa te llevarán más lejos aún”

*Por favor, no intentes conseguir tus metas a través de pistolas y sonrisas, solo llegarás hasta la cárcel*

⭐🌙⭐

— ¡Den la alarma! ¡Rápido! Todos los niños a su sala común y que los prefectos hagan recuento.

— Minerva, ¿está segura? — interrumpió Neville — ¿No hay forma de remediarlo sin que lo noten?

— ¿Es que siempre tienen algo que objetar? ¡No Neville, — gritó, exasperada — no hay forma! Nosotros le protegimos en su momento y ahora es su turno de protegerlos a ellos. ¡Mató a una serpiente! No le será tan difícil.

Con la misma energía, la mujer cogió su varita y empezó a sonar un pitido agudo en respuesta al sencillo movimiento.

— Patrullemos los pasillos. No me puedo permitir otro funeral, y menos colectivo.

El grupo de profesores salió con sus respectivas varitas (y paraguas en el caso de Hagrid) y un aire a banda de película. Solo el sonido de sus zapatos acompasados en el suelo hubieran hecho retroceder a cualquier humano cuerdo.

Pero ellos no lo eran.

Vaya si no lo eran.

Estaban locos.

Y lo comprobaron un rato después de dividirse y hacer dos grupos.

Uno de ellos encontró a tres hombres vestidos completamente de negro, que corría hacia el grupo y frenaron bruscamente. Se clavaron en el suelo durante unos segundos y luego dieron media vuelta y echaron a correr.

— Petrificus Totalus — recitó Binns con claridad.

Los demás le imitaron y pronto el grupo completo era incapaz de moverse. Los ataron y dejaron a un lado del pasillo. Les quitaron las armas de fuego y cuchillos y Sprout Les escupió en los zapatos.

— Eso es lo mínimo que puedo hacer por aterrorizar a mis niños — comentó, orgullosa.

Prosiguieron la marcha, confiando en que los demás desafíos serían así de sencillos.

⭐🌙⭐

Primera Planta y segunda registradas. La patrulla liderada por Mcgonagall no había encontrado nada sospechoso o desconcertante.

Hasta el momento.

Escucharon un fuerte estallido y corrieron hacia el. Y allí los encontraron.

Una niña, pequeña, insignificante, tirada en el suelo y rodeada de sangre.

Un niño, que parecía mil veces más grande, arrodillado, llorando y con una pistola lista para disparar apuntando hacia su cráneo.

No soy una LunáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora