Sin palabras

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Canción ambiente: Perfect - Ed Sheeran
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“Sólo eramos niños cuando nos enamoramos”

La tensión de los exámenes ya se disipa en Hogwarts. Ese mismo día les habían entregado las notas y el grupo estaba en las cocinas, ya en pijama, comparando los boletines.

— Stella, tus notas son sorprendentemente buenas para lo distraída que estás siempre — felicitó Oliver.

La chica, con la cabeza apoyada en el hombro de James y una taza de té entre las manos, sonrió dulcemente.

— Yo también lo creo.

— En cuanto a vosotros... — frunció el ceño, dirigiéndose a los demás.

— Ya empezamos...

— Emily, mediocre. James, no sé cómo sacarías los cursos adelante sin mi. Will... Eres Will ¿Que quieres que te diga?

— Lo que quiero que me digas es demasiado verde como para expresarlo en alto.

— MOMENTAZO —Gritó Emily, mientras los demás reían y Oliver se ponía rojo.

James tomó un trago directamente de la botella de leche, causando una expresión de asco en Stella. La miró, con la parte superior del labio completamente blanca y los dos rieron.

— Sabes a leche — se quejó, después de darle un beso.

— Tu sabes a todo lo que me gusta.

Emily le dió un sorbo a su chocolate y se limpió con el dorso de la mano. Luego, se levantó

— ¡Voy a anunciar algo! Cómo ya sabéis, mañana por la noche, a las ocho, empieza el baile de fin de curso. Pues bien: ¡Resulta que hemos conseguido traer a “Las brujas de Macbeth”! — anunció, emocionada

— Em, tu odias su música...

— Ya, pero traer a Guns and Roses está un poco difícilillo, ¿no?— Rodó los ojos, molesta.

— Podríais traer a Queen — comentó Will, distraído.

— A ver, como te lo explico... — Oliver carraspeó —  Roger, Dicky y Bryan son viejitos decrépitos y... Freddie Mercury está bastante muerto.

— ¡Me niego a creerte!

— Lleva muerto como 30 años, supéralo.

— NUNCA SUPERARÉ LA MUERTE DE MI ÍDOLO, ¿COMPRENDES OLIVER? DE EL APRENDÍ A SER UNA REINA.

Llegado a este punto Will se había subido a una encimera y los elfos domésticos le miraban como si estuviera loco. Stella se levantó y fregó su taza con un movimiento de varita

— Creo que me voy a la cama — Miró a Emily, quien también se levantó.

— Y yo también — respondió— Mañana vais a flipar,  el vestido de Stella es la cosa más bonita del mundo. James, vas a necesitar un médico.

Ella se sonrojó y respondió tímidamente con un “el tuyo también es precioso”. No quería que Emily lo supiera, pero le daba un poco de vergüenza verse con ese vestido en el espejo. Resultaba imposible pensar que la chica del espejo fuera ella, envuelta en tul azul y tela brillante. Entre tanto vestido, ella se perdía y parecía pequeña y vulnerable, y aún más ahora. Vivía con miedo de volver a perderse.

No soy una LunáticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora