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[¿Cuándo es mi cumpleaños?]
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Bonnie :

–¡Hahaha!, ¡no puedo parar de reír!– me encontraba soltando carcajadas al ver al Joven secuestrador entrar al sótano.

–¡Te dije que dejes de reírte!– me gritó él avergonzado.

–¡Es que no aguanto ver tu máscara nueva! ¡Ahahaha!– me sostenía el estómago mientras rodaba por el suelo por lo mucho que me reía.

–¡¿Y de quién crees que es la culpa?! ¿¡Ah!?– me gritó aun más furioso y yo paré en seco.

–¿Tuya, no?– pregunté con obviedad.

–¡No! ¡Es tuya!.

'¿Cómo empezó toda esta pelea?' Seguro preguntarán, digamos que todo empezó el día de ayer...

–¿Cuándo es mi cumpleaños?– le había preguntado algo animado desde mi sitio al Joven Secuestrador, quien estaba arreglando el DVD.

La razón de esa pregunta era porque... digamos que estaba viendo unas películas y comencé a pensar en él... y bueno, me salí de control y terminé por romper el DVD,  ¿Cómo lo hice?, pues lo lancé contra la pared.

Sí, muy raro y lo entiendo.

–¿Ahora para qué quieres saber eso?– me miró con su penetrante máscara blanca, yo intentaba mantenerme lo más tranquilo en mi sitio mientras silvaba.

–Pues creo que tengo el derecho de saber cuando nací, digo, no es como si te estuviera pidiendo que me des la ubicación de la puerta secreta o que me dejes salir de este sótano sin las vendas– me encoguí de hombros, demasiado obvio a su pregunta– Además, me lo debes.

–¿Te lo debo?– me preguntó con un tono indignado– ¡Tu me debes mi DVD!– me gritó para continuar intentando arreglar ese objeto.

–¡Ya te dije que T-Rex lo dañó! El quería jugar a la atrapada y no tenia una pelota– comenté, realmente esa era mi excusa ante eso, pues me era demasiado vergonzoso decirle que por pensar en él  destrocé al pobre aparato.

–¿Tu estúpida mascota? ¡Ya estas loco!– ni siquiera volteo a verme.

–¿Ah, sí?– me levante de mi cama molesto– ¡T-Rex ataca!– ordené a mi fiel mascota imaginaria.

Pero esta no se movió.

–¿Es enserio?– volteó levemente a verme, escuché una suave risa escapar de sus labios o así lo creí, fue tan silenciosa que por poco y no la escuchaba, mis mejillas se pusieron algo rosas por la vergüenza.

–¡E-Es que me...me falta entrenar a T-Rex, por eso no te ataca!– giré en mi propio eje para sentarme otra vez en la cama cruzado de brazos.

–Eso dices– después de ese comentario todo se mantuvo en silencio.

Miré con aburrimiento el techo sin nada que hacer, Él seguía intentando reparar ese objeto por si mismo, lo único que escuchaba salir de su boca era uno que otra maldición por no lograrlo.

–¡Máquina estúpida, funciona!– gritó aun más frustrado que las anteriores veces.

–¿Por qué no la llevas a reparar donde un experto?– me levanté un poco quedando sentado sobre la superficie acolchonada de la cama.

Chico De Las Pantuflas Mojadas |+18| [BxB] |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora