Chico De Las Pantuflas Mojadas |+18| [BxB] |TERMINADA|

0-|prólogo|

|¿Joven molesto!|

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Sentía frío, no podía ver nada todo estaba oscuro aun así podía distinguir un singular olor a tuberías oxidadas.

"¿Tuberías? ¿Por qué tuberías?" pensé aturdido al aspirar aquel muy distinguido olor.

Me sentía como en aquellas veces en la que estás dormido pero una parte de tu cuerpo sigue consciente, sintiendo todo lo que te rodea, solo que esta vez daba una sensación espeluznante, mis ojos empezaron a abrirse, veía todo borroso, mi cabeza daba vueltas, me apoyé en mis antebrazos y, aún acostado en lo que parecía ser el suelo, miré mi alrededor.

No lo recordaba, mejor dicho, no recordaba nada.

–¿Qué sucedió? – me levanté, pero al apoyarme sobre mis pies caí inútilmente al suelo golpeando mi trasero– ¡hag! ¡auch! –me sobe la parte golpeada– ¿Dónde estoy?–

Si mal no observaba, me encontraba dentro de una habitación sin... ¿ventanas?

–¿Y las ventanas? –al parecer no las tenía, tampoco tenía un sillón ni televisión, solo un foco y una cama muy alejada de donde me encontraba– ¿Y la puerta? –seguí mirando, pero no la hallaba.

Hasta que logré distinguirla, no la había notado porque era del mismo color que las paredes por lo que se había camuflado muy bien, mis piernas aún temblaban por el exceso de frío, pero como pude me las apañe para levantarme y sostenerme sobre mis pies lo mejor posible, pero todo seguía dando vueltas, a tanteó y algo apresurado llegue a la puerta, intente abrirla, pero esta no cedió.

–¿Qué? –volví a insistir, pero no se abría– ¿Por qué no se abre? –seguí insistiendo, cierto grado de desesperación me invadió– ¡¿Qué clase de habitación no tiene ventanas y su puerta está cerrada?!– expresé exaltado al ver que el mendigo objeto no cedía.

–Esta habitación–

–¡Haaah! – grité asustado y me volteé con dirección a aquella voz– ¡¿Quién eres? –me dirigí a aquella persona extraña parada detrás mío. Su rostro estaba tapado con una máscara, y todo su cuerpo cubierto por su atuendo, apenas si llegaba a verle el cabello... ¿turquesa? –¡¿Cómo entraste? –retrocedí un poco para alejarme lo más posible de aquel desconocido, pero terminé chocando contra la puerta.

Mis pies ya no resistían mi propio peso por lo que caí sentado sobre el suelo al mismo tiempo que recogía mis piernas.

No sabía por qué, pero estaba en toda la necesidad de ponerme alerta.

–Deja las preguntas para después, Bonnie– soltó una ligera risa.

"¿Bonnie?".

–¿Bonnie? ¿Qué es eso? –pregunté ante aquella extraña palabra.

El sujeto me miró extrañado, permaneciendo un tiempo en silencio, aquello me incómodo, y es que, apenas había despertado y no recordaba nada de mí, peor de cómo había llegado, aparte de tener a un extraño mirándome en una habitación desconocida.

–Es una broma, ¿verdad? –siguió hablando con ese tono burlón.

Cierto enojo volvió a llenar mi cuerpo y tome coraje para gritarle.

–¡Acaso tengo la cara de que estoy bromeando! –Expresé sobresaltando al enmascarado quien guardo silencio minucioso expectante ante mi expresión molesta.

Realmente hacía mucho frío.

–A-ah...–habló nervioso– no sé... –miró hacía el suelo mientras se rascaba la nuca– no logré entenderte...