6. Escóndete
—Escóndete —susurra Robin.
Las hojas de los arbustos me incomodan mientras intento encontrar una postura que no me deje el culo como una plancha.
Son las once de la noche y estamos jugando la ronda final en Captura la bandera. Robin y yo somos los únicos que estamos sin manchas de pintura, con lo cual eso quiere decir que todavía no nos han eliminado. A lo largo de la tarde—noche nos hemos dedicado a eliminar a tres parejas.
Somos tres las que quedamos y a estas alturas me siento como Indiana Jones en la Última Cruzada.
—¿Los has visto?
Robin no dice nada, pero señala con el dedo a través de los arbustos que nos cubren. Me coloco a su lado, tan cerca que nuestras mejillas se rozan, y veo entre las ramas a Alberto y a Jose con las pistolas de paintball pegadas a la barbilla mientras giran en círculos, buscando a su próxima presa. Robin desenfunda la pistola y la introduce por el arbusto. Entrecierra los ojos, apuntando a su objetivo.
—En cuanto caigan al suelo los llevaré a rastras y a carcajadas hasta la residencia —masculla el pelirrojo.
Durante los nueve días que hemos pasado aquí, Alberto, Jose y Robin habían creado una rivalidad que, aunque se llevaran bien fuera de estos juegos, podía llegar a ser enfermiza.
No puedo evitarlo, las palabras de Shakespeare se me escapan por entre mis labios:
»—Para acá, y para allá,
Los llevaré para allá y acá:
Yo asusto en campo y ciudad;
Llévalos, duende, acá y allá.
Aquí viene uno.
Robin me mira incrédulo, perdiendo la concentración en los chicos.
—¿El sueño de una noche de verano?
Me encojo de hombros ante su mirada y sus cejas levantadas.
—¿Qué? Es mi obra favorita de Shakespeare. —Su mirada se clava en mí, verde, intensa. Esmeralda pura justo delante de mí. Su cara pálida está pintada de rojo tras el juego. Su expresión aniñada y su pelo de fuego le dan ese toque exótico que me hipnotiza. Sus labios se estiran en una sonrisilla pícara que me produce elefantes en el estómago…y una obvia pregunta—: Sí, las hadas y los duendes me apasionan. Y William Shakespeare expone el amor de la forma más real y humana que jamás se ha escrito. Y sí, esa estrofa era de Puck.
Robin baja la mirada al suelo y suelta una risilla.
—No sabía que te gustara Shakespeare.
—¿Y tú? Has sabido en seguida de que obra eran esos versos.
Vuelve a fijar la mirada en Alberto y Jose, que están sentados en las rocas al lado del lago.
—Estudio Filología Británica. Es mi obligación saber esas cosas. Aunque tienes razón en lo de la forma de Shakespeare de expresarlo todo. Era un genio —su voz suena melancólica, como si William Shakespeare fuera un amigo al que ha perdido hace tiempo.
—Me alegra ver que las chicas guapas también leen los grandes clásicos, princesa —me vuelve a mirar, esta vez con aprobación en la voz—. Me recuerdas a la Reina Titania.
Por una vez en toda la noche, me alegro de la densa oscuridad, así Robin no puede ver el efecto de esa comparación. Titania es la hermosa y poderosa Reina de las Hadas, esposa de Oberón, y que un chico te diga que le recuerdas a ella es mejor que una caja de bombones.
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Ever Dream [PARADA TEMPORALMENTE]
Romance"Cuando hablan amantes, el amor entiende. Lo que digo es que mi pecho se une al tuyo de tal modo que entre ambos hacen uno. Si dos corazones se juran amor, después ya no queda más que un corazón." - William Shakespeare, El sueño de una noche de ver...