Powers: 2 Generación (III de Powers) (Wattys 2019)

Capítulo 15: ¿Soy una carga?

Es por la mañana en el Rose y los alumnos hablan de como les ha ido el fin de semana, entre ellos Oliver, Ana y Nate. El que controla la energia cuenta como detuvo a unos Shadows que estaban en plena calle haciendo de las suyas, recalcando que Luca ayudo en ello, por otra parte, el dúo de hermanos recuerda la misión que hicieron el viernes por la tarde con todo el grupo y como a Daiki y el rubio se les ocurrio un plan infalible para que esta tuviera exito, se podria decir que poco a poco se estan labrando una fama considerable.

Cuando llega la profesora, antes de empezar la clase cede el paso a dos chicas que se presentan, Ana va a decir algo pero, su hermana le tapa la boca para que no lo haga, puede ser peligroso, pues una de las chicas fue la alienigena que vieron.

La clase transcurre con normalidad, aunque, Ana y Oliver no pueden evitar mirar de reojo a Nagore y Gara. Cuando es la hora del recreo se reunen con el resto del grupo, el ojivioleta no tarda en explicar la situación.

-El chico no está, quizas este infiltrado entre los Shadows, pues ni ellas ni él tienen pinta de estar en un bando o otro, sino, más bien estan aparte-piensa Daiki.

-¿Crees que quieran acabar con los Powers desde dentro?-pregunta una curiosa peliroja.

-Ya oimos lo que dijeron-comenta Nate apoyando la hipotesis de Daiki.

-Si nos mantenemos unidos creo que no hay nada que temer-dice Theo tratando de hacer que el grupo no se rinda.

-Como se suele decir la unión hace la fuerza-.

Se miran entre si y asienten, todos estan de acuerdo. El resto del recreo lo pasan elaborando algunos planes por si fuera necesario para luego hablar de otras cosas.

Theo y Daiki entran en la clase y ocupan sus respectivos sitios, el chico con heterocromia se distrae dibujando algo en su cuaderno. No tiene ganas de atender a clases, su pensamiento esta en otra parte y Daiki sabe a que se debe, Icaro desapareció el domingo y todavia no lo han encontrado. El pelinegro lo nota y trata de tranquilizarlo poniendo una mano en su pierna, Theo sonrie levemente pero, su mirada sigue igual de triste.

-No me gusta verte asi-.

-No puedo evitarlo, ¿Y si le ha pasado algo?-.

-Seguro que esta bien, Ícaro es capaz de cuidarse solo-.

-Eso quiero creer-.

Transcurren las clases siendo la última clase practica, en esa ocasión, de combates de dos contra dos justamente tocándoles a Theo y Daiki contra las aliens, el pelinegro susurra algo al oido de su novio, tiene un plan para vencer.

En un primer momento Daiki va contra Nagore y Theo contra Gara, como si fuese una lucha individual. Lo que dibuja el pelinaranja en esa ocasión es un kyobi capaz de disparar ardiente fuego desde su cola y aralar con sus fogosas garras pero, no termina hay, pues también se dibuja una hoz unida a sus muñecas mediante una cadena.

Poco a poco la lucha va avanzando y según el plan de Daiki en un momento se ponen espalda contra espalda y cuando las aliens van atacar a sus determinados adversarios, cambian, yendo Theo a por Nagore y el pelinegro a por Gara, un movimiento que las chicas no se esperaban.

A la que no le hace tanto efecto es a Nagore que ha que a girado la barra a modo de escudo pero, olvidaba que el kyubi seguia en combate, a si que, se llevo un golpe llamante de su parte.

-Eres bueno, si puedieras, ¿me cederias tu poder?-.

-Pero tu ya tienes el tuyo-.

-Soy ambiciosa-.

-Siento decepcionarte pero, no tengo planeado entregar mi poder a nadie-.

-Que lastima-.

La lucha entre ambos transcurren el poder de Nagore es el almacenimineto e invocación de distintas armas, a si que, ha medida que ha ido avanzando ha cambiado de armas de forma continua. Saca su última baza, se trata de un mazo grande que al mismo tiempo la parte de arriba puede salir como si fuera un resorte. Theo se acerca con la lanza ella también lo hace, eleva el mazo en posición de que le va a dar un golpe seco pero, justo en el último momento despliega el mazo. No mide su fuerza de tal manera que el golpe consigue empujar a Theo contra la pared, sin poder detener ni una porción del golpe.