Quiero. Quieres pero, no se debe «ls»

Capítulo 3: "A partir de mañana, tu vuelves a él y todo ha terminado"

Nuevo capítulooooooooo. Gracias a todas quienes gozan y esperan por esta historia. Saqué la cuenta y no tendrá más de 10 u 11 capítulos, so, ¡espero que la disfrute! 

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CAPÍTULO 3.

"A partir de mañana, tu vuelves a él y todo ha terminado."

Louis se encontró cuestionando la clase de persona en la que se había convertido. Estaba seguro que ahora debería estar trepando sobre la figura de Steven, suplicando perdón por todo el bochorno que había ocasionado y también, estaba seguro como el infierno, que debería permanecer en esa fiesta de la empresa por la cual todo el equipo técnico se esmeró en realizar.

Louis pensó que definitivamente la clase persona en la que se había convertido, era una totalmente distinta a la que hace un tiempo atrás profesaba la transparencia, integridad y moralidad.

Pero ahora estaba sobre el pecho de un hombre que no era su prometido, muy por el contrario, estaba sobre la figura desnuda de un hombre al cual había permitido inmiscuirse hasta lo más profundo de su ser. Aun podía sentir la electricidad sobre su cuerpo sudado, su agujero felizmente magullado, su polla flácida y satisfecha, los dedos de sus pies con un tenue calambrín, y su corazón...

—¿Hay alguna razón por la que estás mirándome de esta forma? —enunció, Harry. Su mano acariciaba la mejilla enrojecida de Louis. Entendía que probablemente el chico estuviera atravesando una suerte de locura interna. —Perdóname. —susurró, con temor.

Louis negó mientras se enderezaba. —Vamos a ir yendo... —pidió, el ojizafiro. Se levantó de la cama, desnudo y sin mirar atrás se encerró en el váter.

Harry se puso de pie, sintiendo el frío del piso bajo sus pies. Aún podía experimentar los temblores de su maravilloso orgasmo, el grito de necesidad de su maniquí golpeando dentro de sus oídos, aquellas manos escurridizas tironeando de su cabello y las exigencias de esas perfectas caderas moviéndose una y otra vez sobre él.

Dios, no podía tener suficiente de aquel.

Sigiloso se quedó detrás de la puerta. Intentó escuchar pero nada logró percibir. Con mucho temor golpeó un poco la madera que separaba a ambos cuerpos, y luego de lo que pareció una eternidad, la puerta se abrió revelando la imagen del ojizafiro. Louis tenía su camisa puesta. Solo eso. Su rostro lucía pesaroso, miraba sus manos que se unían sobre su vientre.

El ojiverde mordió su labio inferior ante la imagen.

—Estoy muy avergonzado, sabes. —comenzó diciendo, Louis. Harry asintió como si eso corroborara de alguna forma la aseveración del más bajo. —Necesito que me ayudes porque no puedo... no puedo solo con esto.

—Sí.

—Debo decir a Steven todo, toda la verdad. Me va a odiar y nuestra boda se irá al carajo. Una mierda, yo me iré al carajo pero aún más él. —Louis articuló. Pasó por el hombro del más alto dejando sus manos perderse en sus cabellos castaños desordenados. —Teníamos todo planeado, mis parientes, los pocos que tengo vendrían y...

—Oye... —susurró, Harry acercándose, pero el ojizafiro le detuvo asiendo un gesto con una de sus manos. —Louis...

El otro negó. —No sé qué mierda pasa contigo, joder, pero... estoy seguro que esto es el fin, dios, hemos sido unos gilipollas con potencia. Nos hemos jodido la vida ¿lo ves, lo puñetera ves? —.