Capítulo 13: "Sábado de fiebre por la noche" II

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Feliz viernes, anclitas. Quiero contaros que, anoche disfruté DEMASIADO escribiendo uno de los próx. capítulos que vendrán... lo amé. Sin más, que disfruten la función. 

Recomendación: la canción adjuntada puede escucharla luego de la escena primera (h y l) yo les dije que, NADA ERA LO QUE PARECE, a ver si cayeron en la trampa... :x 


ლლლლ


CAPÍTULO 13.

"Sábado de fiebre por la noche"

Parte II / Bee Gees - Stayin' Alive/



Dejó la puerta entre abierta y activando su mirada felina nocturna, divisó el reloj mural quince para las dos de la madrugada. Mierda. Su móvil ¿dónde lo había dejado? Siempre lo perdía, joder. Lo peor no era eso, Steven le había dicho que 'luego iría' ¿Y si vino? ¿Y si lo vio dormido medio desnudo con su tío? Joder, joder, joder.

—¿Ya te estás taladrando la consciencia? —preguntó la voz profunda de Harry. Louis vio la sombra removerse en el sofá, sentándose.

Espera, ¿qué?

Miró a su alrededor todo estaba tal y como debía antes de lo previsto en su imaginación. Agradeció internamente, no había sido más que una prolepsis. No era la forma en la cual quería proceder porque se había visto muy doloroso. Por un momento casi cae de rodillas creyendo que su final sería igual de caótico como La La Land. Aunque tenía que reconocer que se sentía bajo una ciudad de estrellas ahora mismo; dos ojos le iluminaban el camino.

Sigiloso se dirigió hacia donde el otro estaba sentado, llegó hasta le mesita centro que se situaba enfrente del sofá y se sentó allí agradeciendo que la noche estuviera de su lado porque no evitó formular una mueca ante el tacto entre su cola y la mesa. Hacía frío y con la escasa luz podía percibir que el ojiverde también lo sentía.

—¿No sonó mi móvil? —lo primero que pudo decir, Louis.

—No, no escuché. —contestó, el ojiverde. Sus ojos aunque no distinguieran al cien el rostro de Lou, no cesaban en buscarle. —Quédate tranquilo.

—Steven tiene llaves del departamento... ¿y si vino? ¿y si nos encontró a ambos aquí?

—No vino, Louis. —Harry, contestó. —Te lo puedo asegurar.

—No lo sé. Yo perdí la consciencia, Cristo. —resopló lo último. —Me siento avergonzado y culpable.

—Es verdad, sí perdiste la conciencia. —Afirmaba el mayor. Carraspeó porque en su mente jamás se olvidaría la forma en que acribilló al otro contra la pared. —Te tomé y traje a este lugarcito. Tenías la camisa muy sucia y te coloqué la mía.

—Que considerado. —Las mejillas de Louis estaban hirviendo.

—Estaba mojada por mi sudor pero, era eso mejor y no iba a ir a tu habitación a buscar nada... Duka podría estar dormida pero la respeto.

Louis medio sonrió. —¿Cómo sabes que no vino nadie? Me estás dando detalles que no quiero saber. Van a ser las dos de la madrugada, ¿cuánto tiempo estuve fuera? Esto es una locura.

Quiero. Quieres pero, no se debe «ls»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora