Capítulo 8: "La tinta negra y la pasta rosa"

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Hola. Estoy subiendo nuevo capítulo... pasen la voz de que ésta historia continuó :(  estoy retomando de manera garrafal... no tienen una idea del giro que tomará esta historia. Estoy feliz y satisfecha. 


ლლლლლ


CAPÍTULO 8

"La tinta negra y la pasta rosas"



—Menudo lío has armado, Duka —pronunció el ojizafiro al ver una docena de revistas de Styles C.O esparcidas por la pequeña mesa centro.

La nena había despertado pasadas las siete de la mañana, Louis casi sufre un infarto ya que, por un momento se olvidó de la presencia de ella. En cosa de segundos se levantó, ni siquiera tuvo tiempo de darse un baño, se cepilló los dientes y lavó la cara.

Había tenido una noche tranquila, se sentía un poco cansado pero, las ocho horas límites de sueño las vivió sin inconvenientes. De no ser por Duka probablemente hubiese pasado de largo. Más tarde le preparó yogurt con cereales, Duka no comía cualquier yogurt, solo engullía siempre y cuando la comida fuese de color rosa.

Duka comió el cereal con yogurt de frutilla, mientras el ojiañil bebía un capuchino. Una de las mejores compras que realizó en todos los años que llevaba en Londres había sido la maquinita cafetera con todos sus derivados para preparar cualquier café cremoso. Luego del desayuno, el ojiazul le dio un baño de tina a Duka... eso siempre fue agotador, recordaba aquellas primeras experiencias y la piel se le achinaba.

Ahora Duka era más dócil y aguantaba diez minutos en medio del agua, claro que Louis debía dejar uno que otro juguetito para que la nena se distrajera. Posterior al baño, venía el secador de pelo, Duka tenía media melena y su color de pelo era igual al del mayor; acaramelado con algunos visos rubios. Ella era hermosa, con grandes ojos azules y nariz de timbre. Lou siempre le apretaba la punta fingiendo el llamado de un botón.

—¡Recorte! ¡Recortar! —exigía, Duka mientras caminaba de un lado a otro, abriendo y cerrando sus manitos.

—Sí, sí... vamos a recortar. —Respondía, Louis. Tenía que iniciar su jornada aunque, faltan quince minutos para las diez. —Ven, Duka, vamos a recortar estas revistas viejas.

—¡Recortar, recortar! —reiteraba, feliz. Se acercó hasta su hermano y recibió el objeto corto púnzate. Comenzó a abrir las revistas buscando algo que llamara su atención.

El ojizafiro cuidaba a la menor, sentado en el sofá mientras Duka estaba en sus rodillas sobre la alfombra.

—¡Harry! —exclamó, de pronto, la menor. Louis le lanzó una mirada curiosa. —¡Harry, Harry!

—¿Qué dices, cariño? —inquirió, acercándose hasta su hermanita. La chica apuntaba con su dedo índice la revista abierta. Efectivamente estaba Harry ahí. Lucía elegante, sonriente, precioso.

—¡Harry! —Duka comentó a aplaudir mientras sonreía tiernamente. Louis le regaló una sonrisa también. Era curioso que Duka se sintiera emocionada por un completo extraño.

—Sí, sí... es Harry. —Afirmaba, Louis. —¿Quieres recortar?

—¡Recortar! ¡Recortar! —Decía, ahora la ojiazul menor. Prestó atención ahora a las tijeras de nenes que tenía en sus manos y escogió otra revista para recortar.

Quiero. Quieres pero, no se debe «ls»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora