Había llegado el día. Por más extraño que pareciera habían coincidido los tres a la hora exacta en la que habían quedado, algo poco inusual entre ellos, como tratar de obligar a un perro a andar a dos patas, pero era un día diferente. Era especial porque después de dos meses Ibrahim estaba de vuelta. Habían salido a tomar algo la noche anterior para celebrar la primera paga de Omar que ya por fin había conseguido su primer trabajo en un restaurante de Santa Susanna, los otros dos no habían tenido tanta suerte durante el verano pero eso no les impidió acampar por todos los pueblos de la comarca. Durante el recorrido hacia el aeropuerto, Carlos les comento sobre el mensaje que le había enviado Ibra, pero que no logro entenderlo ya que no volvió a contestarle más. Al final llegaron a la conclusión de que quizás estaba demasiado nervioso por la vuelta y que ya no debería tener conexión dentro del avión, aunque le pareció raro que salieran dos ticks en los mensajes, que daba a entender que había leído el mensaje.
No entraba en sus planes que durante el trayecto se encontrarían con semejante cola de tráfico, aunque lograron llegar a tiempo para recibir a Ibrahim. Carlos se quedo apoyado cerca de su coche el cual estaba estacionado en un lugar para taxis, sus dos amigos en cambio entraron por la terminal por donde se supondría que vendría su amigo. Pasaron los minutos, pero él no aparecía, lo que ponía nervioso a los dos chicos que no dejaban de ojear por todos los rincones de la terminal. Carlos se vio obligado a dar varias vueltas con el coche para no estorbar a los taxis, pero cuando volvía Mamadu desde dentro le negaba con la cabeza. Volvió a estacionar el coche y salió de nuevo para hablar con los dos que parecían cansados.
-No le hemos visto tío... ¿Seguro venia hoy Carlos? –Preguntó Mamadu con una voz adormecida.
-Eso es lo que me dijo ayer por la tarde –Le observó confuso.
-Puede que su vuelo haya tenido un retraso –Dijo Omar apoyándose en el coche –Tu pero ya sabes que no puedo llegar tarde al curro, a las cinco ya tengo que estar allí.
-Tranquilo Omar, son las doce y pico todavía –Le recordó Carlos que saco rápidamente el móvil para acercárselo al rostro –Mira qué hora es, cálmate –Bajo el brazo y desbloqueo la pantalla.
-Le enviare un mensaje a ver si contesta, es que no entiendo – le escribió un mensaje –Le llegan los ticks pero no contesta.
-El vuelo es largo, quizás este sobando –murmuro Mamadu con la mirada clavada en la entrada de la terminal.
Omar negó con la cabeza.
-Joder, no sé que habrá pasado –Miró a Carlos que todavía seguía mirando su móvil esperando algún milagro para que contestara.
-Esperamos media hora más a ver, si no viene nos piramos –Propuso Carlos alzando la cabeza.
-Se pondrá como una moto si sale y no nos encuentra aquí – Miró sesgadamente a su amigo.
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DOS PAÍSES Y UN AMOR
Teen FictionIbrahim es un joven de 18 años de raíces gambianas que tiene claro que nada ni nadie cambiará su estilo de vida. Su comportamiento nocivo ha desencadenado el distanciamiento entre él y sus seres queridos, evitando a toda costa a su madre Ñuma que ha...