CAPÍTULO 24: Maquinación.

678 22 1
                                    

-Ibra no volverá –Volvió a insistir en soninke con voz leve pero firme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




-Ibra no volverá –Volvió a insistir en soninke con voz leve pero firme.

Los dos chicos se arrimaron a ellas pero manteniéndose al margen de la conversación, por alguna razón le tenían cierto respeto a Aliyah, aunque indirectamente la relación entre ella y su amigo fue lo que provoco esa situación, pero al fin y al cabo ella no tenía la culpa de que Ibra sintiera lo que sintió en esos días, es más, el chico nunca había actuado de tal manera por una chica, y por eso la respetaban. Por una milesima de segundos el silencio se hizo un eco en el lugar, como si hubiera pasado un ángel. Hawa se dio media vuelta al no recibir respuesta e hizo un gesto con la cabeza para que los chicos la siguieran, ojeo de nuevo a Aliyah que se había quedado muda mirándola fijamente pero sin saber que contestar, se acaricio suavemente el brazo y bajo la vista con pudor mientras en su cabeza se imaginaba cualquier situación y trataba de asimilar lo que había oído, aquello le había dado un vuelco en el corazón. Sus pensamientos y sentimientos estaban tan dispersos que parecía un campo de batalla entre su mente y su corazón. Le hicieron falta varios segundos para equilibrar su ser y los latidos de su corazón que palpitaba de manera férrea. Justo en ese momento perdió la duda que la desequilibraba, había perdido el miedo de llegar tarde a su hogar, por primera vez estaba decidida a hacer lo que realmente sentía y en ese momento quería saber lo que la otra chica estaba por contarle. El corazón había ganado la batalla. Volvió a levantar la vista con un rostro serio y no articulo palabra.

-¿Vamos? –Preguntó Hawa.

Y sin decir nada, la chica con el velo se acerco hacia ellos para luego encaminarse todos juntos hacia la plaza que se encontraba detrás del edificio más grande del barrio mientras algunas miradas les seguían con curiosidad. De manera sigilosa lograron llegar al parque. Pocas veces te podrías encontrar a gente en ese lugar ya que era una zona que estaba muy bien escondida, tenias que cruzar la pista de básquet que estaba detrás del edificio, luego debías cruzar los dúplex que estaban más adelante y en una esquina se encontraba el parque abandonado. La plaza no tenía ningún atractivo, solo había un banco en medio, arboles cubriendo la insistente luz del sol y un césped mal cuidado rodeando el suelo entero. Los chicos solían usar ese lugar para fumar y Hawa solía ir con ellos siempre que bajaba a ver a sus primos.

-Este sitio no cambia eh –Suspiro Hawa con una sonrisa recordando viejos momentos.

-En verdad hace mucho que no venimos aquí –Dijo Mamadu ojeando sus costados.

-Me acuerdo que aquí te caíste y tocaste una mierda con la mano –Confeso Hawa mirando fijamente a Carlos.

Carlos negó con la cabeza  y sonrió de manera forzada.

Aliyah se mantenía más atrás con la vista en el suelo y dejándose guiar por los pasos de los que ya se conocían el lugar, arrastrando su bolsa que de vez en cuando era sacudido por el poco viento que soplaba. Metros más adelante se detuvieron para sentarse en el banco, la única que no se sentó fue Aliyah que prefirió quedarse de pie y estar al tanto de su alrededor y enterarse lo más rápido posible de la situación. Miró a la chica que la había invitado para saber de la situación y suspiro impaciente por saber lo que estaba por contar, eran tal las ganas de saberlo, que incluso se le seco la boca de tantos nervios.

DOS PAÍSES Y UN AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora