—Ya vas a terminar, ya vas a terminar...—me hablaba a mí mismo como el propio loco, tratando de convencerme de que solo eran minutos los que me quedaban aquí para terminar el turno de hoy.
Hacía un calor que era arrechísimo y me estaba jodiendo desde hace rato, no aguantaba más, si seguía agachado y fajado jalando aquí, en la misma posición, me podía desmayar, porque ni comer había podido. Bien bueno el trabajo que Jin me consiguió, con un jefe que es un amargado dolor de culo.
Me erguí de nuevo para retomar fuerza, tratando vagamente de limpiarme los chorros de sudor de la frente y el resto de la cara, también quitándome el pelo que se me había pegado por la humedad. Hasta ganas tenía de quitarme la ropa ahí mismo, porque aparte del calorón, lo sudado hacía que me sintiera en una laguna dentro de mi propio atuendo y qué tremenda incomodidad.
Agarré el borde de la franela que llevaba y me agaché para pasármela por la cara, después me acomodé y empecé a abanicarme con la tela, al menos hasta que se me pasara la sensación de estarme tostando. Todo eso mientras me remojaba los labios y me pasaba los dedos por el cabello, para que aquel curioso marico triste que me veía desde la ventana disfrutara un poquito más la vista.
Si se trataba de complacer a mis fanáticos, con todo gusto aceptaba la tarea de mojarles la canoa.
Me volteé por completo para darle la cara, de inmediato desvió la mirada, pero lo pensó bien y como si se hubiera metido en la cabeza la idea de que, por alguna razón yo no lo podía ver, volvió a verme sin descaro. Esa mirada la conocía, hombres, mujeres, viejos, carajitos, de todos la había visto, una mirada de hambre y que muestra que les provoca comerme.
—Ay chamo... no pensé que fueras tan facilito de hacer caer...
Me le quedé viendo y en un momento cerró la cortina y se quitó de la ventana. Esa era la señal de que me había metido en sendo peo y que venía a reclamarme como todo el tiempo.
Salió de su casa como alma que lleva el diablo y venía directico para acá, tuve que aguantar las ganas de reírme en su cara porque se me hizo muy gracioso verlo así, parecía un muñequito corriendo y además venía rojito, qué lindo.
—Ya va, antes de que digas algo, déjame adivinar que vienes a gritarme porque me paré a respirar y llevo dos segundos que no estoy haciendo nada...
— ¿Me estás jodiendo? Si sabes a qué vengo y qué me hace arrechar ¿por qué lo haces, es a propósito?—preguntó obstinado.
—No sé, dime tú...
—Estás buscando que te corra...—murmuró y se cruzó de brazos para parecer intimidante, pero todo lo que provocaba era que quisiera brincarle encima y abrazarlo lo más posible para que se arreche más.
—No puedes.
—¿Cómo es la vaina?
—No eres tan guevón como para desperdiciar esto—me señalé—, a propósito, ¿o sí?
—¿Por qué eres tan marico? ¿Eres enfermo? ¿Tú crees que a mí me gustan los tipos? Hazme el favor y me respetas—exigió y me miró con esa cara de culo monumental que tanto ponía por mi culpa.
Me reí por lo bajo y me le acerqué peligrosamente, para susurrarle al oído:
—No era para que te picaras. Ahora anda para allá a seguirme viendo por la ventana mientras sudo para ti.
Se retiró de mí apenas terminé de hablar y me miró con cara de susto y reprimenda, segurito que ha de pensar que soy un marico enfermo y trastornado, segurito que estaba pensando en qué hacer para evitar que me le metiera a la casa a secuestrarlo y violarlo.
—¿Qu-...?
—Por lo menos ya sé que sueñas es conmigo, por eso te gustará dormir tanto... ya me dijiste todo—afirmé y le piqué el ojo antes de voltearme y disimular que volvía a trabajar para que se fuera.
—Marico psicópata de mierda, no te boto porque conseguir a alguien para esta guevonada es más difícil que acabar con el chavismo...—balbuceó pero de todas formas lo escuché y me reí levemente.
Cada día vamos avanzando más, pa lante que este marico-en-el-closet ya es mío.
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Me arrancó el corazón ↠ jimsu.
Fanfiction«Empezó arrancando monte, y terminó arrancándole el corazón» ▹ fic venezolano ▸ yoonmin [jimin top x yoongi bottom] ▹ capítulos cortos ▸ estado: concluido © idea original: @OneStrangeName © redacción: @PAJUOSEOK