Entré a la casa sorprendiéndome porque la puerta de enfrente estaba así abierta, sin seguro ni nada. Pero no vi a Yoongi en el patio, tampoco en la sala donde lo había dejado hacía no más de media hora. Entonces subí las escaleras para tomarme el atrevimiento de buscarlo en su cuarto, nuevamente: ya estaba aquí y no me pensaba regresar hasta cumplir mi cometido. En toda la planta baja tampoco había ni un alma.
Ya en el corto recorrido iba pensando en las palabras para endulzarlo y que no me zampara un solo coñazo apenas apareciera por la puerta. Y en cómo iba a explicarle y a disculparme por todo. Quién quita y se repite la ocasión para compensar el peo que tuvimos.
Dejé de pensar en esas vainas y me puse serio.
No debería de estar esperando que pase eso. Pero de pana que tampoco me esperé, jamás en mi puta vida, encontrarme con aquello que me encontré.
Se me revolvió el estómago, me dieron ganas de vomitar ahí mismo, me dieron ganas de matar. De pronto el amor por Yoongi se escoñetó.
Cuando abrí la puerta entreabierta de su cuarto, lo vi a él sentado en la orilla de la cama, expectante, observando. Veía a una persona en específico delante de él, que aparentemente se había desnudado ahí frente a sus ojos para provocarlo antes de hacer lo mismo que nosotros hicimos ese mismo día más temprano.
Me arreché en demasía con él. Pero esa arrechera no fue nada comparada con la que sentí al reconocer —por el ángulo desde el que los veía en la puerta— al carajito enfrente de él.
Era él.
—Por algo te deben decir Bunny Bunny. Quiero ver para creer...
Era Jungkook. Era mi hermanito Jungkook.
Me tomó unos segundos procesar toda la poca información que me había dicho. Tenía un trabajo que ni por el coño me quiso revelar nunca, ahora sabía el porqué. Al parecer las personas lo contrataban, o él busca clientes que le paguen por acostarse con ellos. Mi hermano Jungkook estaba metido en la prostitución. Pero no podía joderme más que el hecho de que era Yoongi quien se había atrevido a pagarle por su cuerpo, se había atrevido a tocar a un carajito menor que él, y se había atrevido a montarme cachos así nada más, siendo que hace horas estuvo conmigo.
Y Jungkook. Por esto era un secreto lo de su trabajo, por esto nunca aceptaba que le diera plata, seguramente le pagan bien. Quién sabe cuánto le pagan por cada vez que vende su cuerpo así. Quién sabe qué lo orillaría a hacer eso, a joderse la vida haciendo esa vaina tan mamagueva, a creer que esto es lo que vale y desperdiciar su juventud en esta porquería.
Viendo ahí parado toda la situación y tratando de asimilarla, no me di cuenta cuando comencé a llorar. De tristeza, de rabia y de impotencia.
Yoongi me las iba a pagar.
—Sí eras un mamaguevo.
Inmediatamente me voltearon a ver asustados. Jungkook me reconoció y su cara cambió de sorpresa, a miedo. Igual que Yoongi. Claro que me tenía que tener miedo a partir de ahora.
—J-Jimin...—pronunciaron los dos al mismo tiempo, para después verse las caras con confusión.
Ninguno sabía que el otro me conocía y yo no sabía que ellos dos lo hacían. Esto era digno de película.
—Contigo hablo después—señalé a Jungkook.
Me di la vuelta y me piré de ahí. Corrí escaleras abajo y salí lo más rápido posible del terreno de Min. A Jungkook no podía verle la cara, no ahora después de lo que acabo de descubrir. Aunque él no tenía la culpa y yo lo sabía; no tenía la culpa ni de tener ese trabajo, ni de que yo me haya picado porque su cliente era Yoongi, él no podría ni remotamente saber que yo trabajaba aquí ni que tengo una vaina rara con el dueño de la casa. Por eso no podía hacerle nada, tampoco reclamarle, solamente hablaría seriamente con él después que me pase este culebrón.
Pero a Yoongi... A ese maldito coño e' su madre le tenía que hacer pagar lo que había hecho. Le iba a enseñar, a hacerle ver que conmigo se jodió.
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Me arrancó el corazón ↠ jimsu.
Fanfic«Empezó arrancando monte, y terminó arrancándole el corazón» ▹ fic venezolano ▸ yoonmin [jimin top x yoongi bottom] ▹ capítulos cortos ▸ estado: concluido © idea original: @OneStrangeName © redacción: @PAJUOSEOK