No existe el miedo si camino de tu mano. WARIAM

El roce de tu piel

NARRA MIRIAM

El dia de ayer habia sido un desastre, la conversacion con ana, el ataque de ansiedad, todo se me estaba haciendo demasiado cuesta arriba, y creo que lo de la ansiedad se me estaba yendo de las manos. Aunque no era el momento de pensar en eso , habia estado hablando con mimi, y creo que tenia que tener esta conversacion con ana, ya no porque ella lo mereciese o no,pero por mi al menos, yo si me merecia decir todo lo que pensaba, pero no queria que ana se fuera asi, ni yo quedarme con esta sensacion.

Sabia que se habia aplazado la cena para el dia siguiente y estaba decidida a ir, aprovecharia un momento para hablar con ana, despues de lo que habiamos hablado, preferia estar de buenas con ella. No queria guardarle rencor supongo que el primer paso para superarla era perdonarla y eso queria hacer.

Llego la mañana y estaba nerviosa, para que mentir, ya la habia visto, pero no sabia muy bien si ana y yo podriamos estar en el mismo sitio sin que algo para bien o para mal ocurriera. Tenia en mente disfrutar de la noche, yo tambien me marchaba a galicia, y queria pasar la ultima noche alli disfrutar con mis amigos, sin malos rollos.

El dia habia trancurrido medianamente tranquilo, me lo habia pasado en casa, hasta la tarde que mimi y mireya me habian convencido para ir de compras, asi aprovecharia para comprarme un modelito para la noche. Queria estar guapa, delante de ella siempre queria estarlo. Las chicas me habian aconsejado que me comprara una especie de traje chaqueta rojo, que lo combinase con un bralette negro por debajo y nada mas. Y asi lo hice. Habiamos quedado con todos los demas en el bar de abajo a las 21:30, para estar en el restaurante a las 22:30 , hoy habiamos reservado en un restaurante que preparaba cenas para grupos, no esque fueramos muchos pero era mejor tenerlo reservado que quedarnos tirados a ultima hora.

Cuando bajamos a la calle ya estaban los demas esperandonos y estaba super nerviosa, mimi pudo  verlo, porque me agarro la mano y me apreto para darme fuerzas.

Mimi: Estas guapisima miri, quiero que estes tranquila ¿ vale ? si en algun momento necesitas lo que sea, o simplemente no estas comoda, avisame .- asenti con la cabeza y aprete su mano, mimi sabia que agradecia todo lo que hacia por mi, sin ella seguramente estaria mucho peor y tenerla cerca me daba muchisima fuerza. En cuanto nos vieron senti la mirada de Ana, recorrerme entera, y algo de mi se alegraba de que en cierta manera viera lo que se perdia, la mire, y me miro, y su mirada era distinta, tenia preocupacion, tenia algo de desesperacion mirandome, parecia pedirme perdon con la mirada, entonces le sonrei, y me acerque a saludarla. Estaba guapisima, se habia puesto un vestido naranja, que resaltaba su moreno, hacia tanto tiempo que no podiamos vernos asi , con algo de paz, que me resultaba hasta raro. Le di dos besos.

Ana: ¿ como estas? ¿ estas mejor?

Miriam: Estoy bien ana, no te preocupes, siento lo de ayer , despues si podemos hablamos ¿ vale?- ana asintio, agachando la cabeza, y algo en mi me hizo agarrarle la barbilla y levantarle la vista hacia mi. - Ana estoy bien ¿ vale?- ella me sonrio, y acaricio mi mano, yo se la agarre, y por un momento senti que el tiempo no habia pasado, que toda la mierda habia sido ireal, y que estabamos alli, ella y yo, y que podiamos querernos porque no habia nada en contra. Jadel se acerco a nosotras, devolviendome a la realidad

Jadel: Ei miriam , ¿ que tal estas ?- me dio dos besos, que obviamente acepete, por educacion no porque tuviera ningun tipo de interes en darle dos besos a el. - Joder que guapa estas ¿ no?- la verdad que su comentario, acompañado de la mirada que me habia echado de arriba a abajo, no me habia gustado nada. Asi que me aleje dejandolos solos para saludar a roi y a cepeda, sin poder evitar escuchar como ana discutia con Jadel .

Roi: ¿ nos vamos chicos ?- nos dirigimos todos juntos hablando hacia el restaurante, el ambiente para mi sorpresa no era nada incomodo, ana y yo procurabamos no coincidir demasiado al menos en las conversaciones, aunque si nos habiamos cruzado un par de miradas de vez en cuando.