Perdidos

26° Capitulo: "Rayo de luz" ⚡☀️

Mis mejillas se llenaron de un color rojizo y sentía que estaba en un mundo paralelo. ¿Estaba soñando? Pero cuando sentía que todo era perfecto y de color de rosas rojas, de repente, soltó mi mano, se alejó lentamente, colocó su cabeza pesadamente en el respaldo del sofá y cerró los ojos
- ¿Qué pensaste de mi, Ali? - Volvió a decirme. ¿qué carajos acababa de ocurrir? Es como si un balde de agua fria hubiera inundado el momento. Me estaba preocupando por Shawn, ¿qué le estaba pasando? ¿era yo el problema? -
- ¿Disculpa? - Le dije y él seguía sin mirarme y forzaba sus ojos cerrados, mientras sostenía su taza de café con mucha fuerza - Perdón, Shawn, pero ¿sabes que? Debo irme a mi casa. Estoy cansada. Me tomaré un taxi - Me levanté del sofá y el tomó mi brazo.
- Espera, perdón Ali, estoy siendo grosero contigo, lo siento. Dejame acompañarte hasta a tu casa - Intentó llevarme hacia la puerta y tomó las llaves de su auto. Me detuve y lo miré fijamente.
- Oye, Shawn, no quiero que me acompañes, no quiero que me lleves. Iré sola, y me tomaré un taxi. Gracias por el concierto, la noche y el café. Que tengas un gran viaje y disfrutes de la gira - Sonreí sin dientes y abrí la puerta del departamento. Salí prácticamente corriendo de ese lugar. Necesitaba salir, necesitaba aire. El ascensor descendía y observaba la pantalla de los pisos, cuando comencé a llorar tan fuerte que casi nunca me había oído y sentido así. Me sentía perdida de vuelta, veía el destello de sus brillantes ojos alejarse cada vez más.

Al llegar a planta baja, me encontré con Shawn apoyado contra la pared con la respiración acelerada.

- Qué haces? - Le dije seria y cruzada de brazos. Él me miraba fijamente.
- No iba a dejarte ir así, Ali. Perdón, si? Bajé por las escaleras para alcanzarte - Cerré los ojos y bufé. Él me tomó de ambos brazos con sus fuertes pero dulces manos.
- Me siento estúpida, quiero irme a mi casa - Él me soltó y me tomó de la mano.
- Ali, no lo eres, yo soy el estúpido - bajé mi mirada - por favor, no te vayas, dejame mostrarte algo - Asentí, y me llevó hacia el hall del edificio donde había un gran y precioso piano blanco. Como de película. Y me sentó junto a él en la banqueta - Sólo escucha - Sonrío.

Comenzó a tocar la suave y triste melodía de aquel día en la tienda. Lo miré y él estaba con el mismo rostro de esa vez. Todo era exactamente igual. No pude evitar soltar lágrimas de mis ojos por lo que esas notas transmitían. Y al cabo de unos minutos, nuestras miradas conectaron, Shawn tomó mis manos y me miró a los ojos.

- Ali, escúchame, esta melodía la compuse el día que te acompañé a tu departamento y Liam nos interrumpió, ¿lo recuerdas? - Asentí - Me inspiraste, porque realmente mi corazón estaba en una dicotomía que hasta ahora sigo sin entender. Te quiero, si que lo hago, pero no quiero lastimarte, entiendes? Has hecho tanto en tan pocos días. Y esta melodía es mi manera de expresarte lo que siento y me hace entender que eres mucho para mi. Mi vida es complicada Ali. Perdón.
- Sientes tristeza cuándo piensas en mi? Porque eso es lo que siento al escuchar la melodía que acabas de tocar - lo miré confundida
- Para nada Ali. No es tristeza, es desesperación por estar perdido. ¿Nunca lo has estado? - No respondi y siguio hablando - Algún día quizás pueda explicartelo, pero creo que aún no es el momento ni que estés preparada para esto.
- Debo irme Shawn - No entendía, él tampoco deseaba que entendiera, así que a pesar que mi infantil actitud se manifestaba, necesitaba salir de ese lugar. Me levanté y me dirigí a la puerta, pero él me tomó nuevamente de la mano.
- Te respeto, porque sé que no debes entender nada, lo sé, pero por favor, no te enojes conmigo. Cuando vuelva de la gira, necesitamos hablar, si? - Me miró con ojos apenados y sus manos presionaban las mías.
- Sí, hablaremos Shawn, que tengas una excelente gira - Di la vuelta y empecé a caminar rápido por la calle y logré frenar un taxi. No quería pensar, sólo quería llegar a mi casa y dormir.

Al llegar al departamento, me dormí profundamente en el sillón. Al despertar, me encontré con una sorpresa, Sam había vuelto y estaba en la cocina.
- Amiga, te necesitaba tanto - me largué a llorar en sus brazos.
- Oh, por Dios, Ali,  ¿qué ha pasado? - Le conté todo lo que había pasado estos días con Shawn y ella no dejaba de escucharme sin interrumpirme.