Volver a New York

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Volver a New York era tan extraño. Ayer en el noche Rideric estaba bien con Vanesa pero cuando despertó parecía muy distante; no molesto, sino que se sentía incómodo con Vanesa. Ella sabía porqué pero no se sentía culpable, se sentía intrigada por saber más acerca de la máscara. "Es un trauma de infancia que le hace recordar a su tirano padre ¿pero por qué se la puso el día que me secuestró?"; pensaba. Él tiene razones pero tampoco es la víctima, aunque... ¿quién es la víctima?
  Cuando llegaron al aeropuerto estaba el chofer de Angela esperándolos... "¿cómo habrá llegado primero que nosotros?"; pensó Vanesa.
- lo mejor será que me dejen en mi casa primero que estoy muerta - Dijo la chica.
  Rideric no se interpuso, en fin él estaba tan cansado como ella. Dejaron  a Vanesa justo en la puerta, Rideric la ayudó con sus cosas pero como no era mucho ella subió su maleta sola. Se despidieron con un tierno beso y ella esperó a no poder ver el auto para entrar.
Su madre estaba sentada en el salón viendo la tele y se puso contenta al verla.
- A penas he podido dormir - dijo Donatella.
- Yo tampoco.
  Ambas rieron y Vanesa fue a su habitación. Prácticamente se tiró sobre la cama y en vez de dormir se puso a pensar en Rideric... era algo común justo ahora Rideric pensaba en ella también.
  Vanesa daba vueltas en la cama. Estaba sintiendo lástima por Rideric. Pero eso no saciaba su sed de venganza. Pero ella lo quiere.
  Buscó en su maleta algo; era la máscara, aún la había guardado. La miraba con repulsión; como si dentro hubiera un fantasma. Es que lo hay... su padre fue el culpable de que Rideric fuera así.
Él la llamó:
- ya llegué - le dijo
- me despertaste.
- ohp... perdón.
- Naa es broma mi amor - ella dijo sonriendo como una tonta.
- ¿tienes sueño...?
- Sólo un poco.
- Que envidia.
- Te pasate todo el viaje dormido ¿cómo vas a tener sueño?
- ¿Podemos hablar hasta que te quedes dormida?
- Te iba a proponer lo mismo.
- Pero no me dejes hablando solo. Al menos cuenta.
- ok... yo te aviso.
- Perdón por... el incidente. Es que esa mascara me trae muchos recuerdos y...
- Tu mamá me contó mi amor... se que te hace daño. Digamos que... fue una mala coincidencia.
- Ok... No se por qué aún me sigue doliendo.
- Las heridas físicas tienen las mismas propiedades que las sentimentales...
- Perdóname...
- No hay que pedir perdón Rideric.
- No solo por eso... por todo - él suspiró - todo lo que te he hecho.
- No me has hecho nada más. Al menos que yo sepa.
- Si te he hecho... olvidalo.
- No te preocupes... también te tengo que decir algo
- ¿qué pasa?
- ¿Recuerdas lo que te hablé del secuestro?
- Ss.. si - tartamudeó.
- Olvidalo todo... por favor.
- Ok... tu también.
- Ahora si Rideric vamos a dormir.
 
   Ella se quedó un rato tranquila, mirando al techo sobre la cama, así entraba a la cárcel de su mente y rebuscaba... ella lo llama meditar. Pero si algún ancestro de ella logra ver todo lo que tiene en su cabeza echa a correr, ya no sería "más allá"... sería "mucho mas allá".
  En su mente rondaba una pregunta recordando aquél día "¿en serio me gustó?". Quizás si... pero no lo creo. Aunque el nunca le dio un solo golpe eso hay que decirlo, si a algunas personas les gusta el sadomasoquismo entonces puede ser que le haya gustado. Su mente es muy compleja.

  Las heridas físicas tienen las mismas propiedades que las sentimentales...

Obsesión [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora