La decisión

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Al otro día en la escuela se quedó conversando con Lola, tratando de hacer que sin que se asombrase se diera cuenta de que su secuestro no fue presisamente el peor momento de su vida. Ese día estaba lloviendo mucho, más de lo normal, por teléfono Vanesa convenció a Lola de ir, ella sabía que poca gente iría. Ese día Rideric fue a la escuela, su plan de no levantar sospechas de lo acontecido iba bastante bien y quería despejar su mente para no cometer errores, en su casa no podía, debía mantener su mente ocupada.
  El primer turno era de Física Cuántica y coincidían Vanesa y Rideric, a Lola le tocaba Filosofía pero quería escuchar a Vanesa, estaba intrigada. A esa clase asistieron sólo siete y el profesor mandó ejercicios para que lo resolvieran en casa, al fin y al cabo con siete no sería muy eficaz completar una clase. Rideric se sentó justo detrás de las chicas, podía escuchar la conversación a la perfección. A ellas no les importaba su presencia, realmente Rideric pasaba desapercibido.
- Necesito que mantengas la calma Lola, y por mucho que te asombres no grites por favor - Vanesa le suplicó con los ojos que siempre pone cuando necesita algo urgente.
- Por favor Vane, yo ya soy vieja y estoy curada de espanto habla que yo te escucho.
- Bueno... he estado investigando por mi cuenta...
- Si verdad... yo también, y creo que se quien fue - Interrumpió y luego miró detrás y Rideric respiró profundo, luego miró enfrente y repitió sus fuentes movimientos de cabeza varias veces para hacerse la misteriosa.
- Fue Tony (ex de Vanesa) - Continuó
- No... se que el no fue - Dijo Vanesa desilusionada
- Si, recuerda que te dijo "me vengaré" cuando te pilló traicionandolo con su primo.
- No digas eso tan alto loca... Tony es Rubio y el secuestrador es peli negro.
- Es verdad... ¿y si se tiñó, o se puso un peluquín?
- También vi sus hermosos ojos, y su deliciosa boca...  - Lola la miró levantando una ceja.
- Cirugía plástica - propuso Lola
- Escuché su voz.
- ¿Y si estaba doblando?
- Estaba hablando más ronco para que no reconociera su voz, si, pero estaba mucho más bueno que Tony.
- Lola esta vez la miró asombrada abriendo los ojos como dos cebollas.
- te gusta... - dijo asombrada
- ¡cállate! - trató de calmar a Lola
- Dios mío... cuando me enteré del trío que hiciste con Damon y Damian pensé que estabas enferma, con dos hermanos al mismo tiempo, es verdad que están... pero son familia...
- ¡¿Lola?!
- bueno... pensé que estabas enferma, pero ya esto no me deja dudas.
- ¿sabes que es lo peor? Que él me conoce, sabe quien soy, pero yo no se quien es. En serio es un estúpido, porque si me hubiera dicho que yo le gustaba yo le hubiera dicho que si... me encanta.
- Estás loca Vanesa. Bueno, ya puedes buscar entre todas las personas que conoces y el que coincida con las características interrógalo hasta que muera.
- Ya lo pensé, pero es una locura, quizás hay miles de chicos pelinegros y sexys en esta escuela, y claro todos tienen boca.
- Bueno... ¿sabes eso que dicen? De que el culpable siempre vuelve a la lugar del crimen, ve allí.
- Ahí quien vive es una vieja loca que no sabe ni que día es hoy.
- Repasa todo su diálogo; el que tuvieron aquél día, quizás encuentres pistas.
- Ahora que hablas de eso. Recuerdo que él me tenía desnuda y atada, me besó y yo lo mordí... que idiota fuí. El estaba excitado... tenía una erección; respiraba en mi cuello de vez en cuando, me hablaba al oído y se mordía los labios, me tocaba suavemente desde los pies hasta la cabeza; disfrutaba cada centímetro de mi.
- Parece la trama de una película porno - comentó Lola ansiosa por que continuara.
- Si ¿verdad?... él me estaba poniendo bocabajo; estaba seguro de hacerlo. Yo sólo le dije "ni siquiera tu sabes por qué te has obsesionado con migo".
- ¿le dijiste eso? - era difícil creerlo al ver la pasión con la que Vanesa narraba
- Si... Luego él se arrepintió, me desató y me regresó a mi casa.
- Entonces no te violó.
- No - dijo con la cabeza
- Lo que yo creo es que tú traumatizaste a ese chico igual que a los gemelos.
- Que no Lola, ellos son hermanos, tienen suficiente confianza para compartir una chica en el sexo. Además sólo fue una vez.
- ok ok. Pero... Yo que se Vanesa, hay bastantes chicos en la escuela... De los cuales algunos no te los has cogido todavía...
- no digas coger porfa.
- a ver a ver... ¿Cómo aconsejar a una psicópata... ? - se preguntó a si misma y Vanesa suspiró - Como soy tu amiga y te quiero... Te voy a ayudar - continuó Lola diciendo con una sonrisa
- gracias
   Justo en ese instante tocó el timbre y las dos recogieron todo y sin pensarlo se fueron a la cafetería... El estomago de Lola es un reloj.
   Ahí se quedó Rideric, pensaba en silencio en su asiento. Aún le gustaba Vanesa, a pesar de enterarse de que su forma de ser era un poco promiscua, pero le gustaba tanto como el primer día. Mientras se revolvía en su asiento pensando en la increíble atracción física de Vanesa hasia su persona, comprendía que no era de él de quien Vanesa estaba enamorada, sino de la ilusión que creó su cabeza idealizando a aquel secuestrador que ella misma no conocía.
El tiempo fue pasando y los días en la Universidad eran cada vez más cotidianos. Vanesa se sentía estancada, al punto de que sentía que en cualquier momento se rendiría. Mientras tanto Rideric se sentía cada vez más nervioso, era consciente de la secreta atracción que sentía Vanesa por él; aunque era consciente también de que ella no tenía idea de que él era quien la secuestro. Su cabeza era rondada por ideas como "quizás a ella le gusta el secuestrador y no precisamente yo" entonces se daba cuenta de que no podía contarle la verdad, después de dar tantas veces vueltas a su cabeza se le ocurrió que sólo podría tener a Vanesa si lograba enamorarla siendo tal y como es, y no sería tan difícil, al fin y al cabo, ella estaba enamorada de él... pero con máscara.

Obsesión [Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora