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Había demasiada gente, demasiada gente llorando, triste, demasiada gente destrozada, derrumbada, demasiada gente que había perdido a sus seres queridos, me crucé con Neville y él me miró de la misma forma que Hermione, como si estuviese viendo a un fantasma.

Tú: ¿Qué pasa Neville? -le pasé la mano por delante de la cara un par de veces-.

Neville: Es-estás viva, -sonrió angustiado y yo fruncí el ceño-.

Tú: Sí, estaba luchando arriba.

Neville: Algunos chicos decían que te habían visto pero... Cuando nos contaron lo de arriba...

Tú: No pasó nada demasiado grave, -sonreí y vi que detrás de Neville estaba Oliver Wood, corrí a abrazarle pero me detuve cuando vi que cargaba un cuerpo-. ¿Q-quién es?

Oliver: Colin, -suspiró, Harry llegó en ese momento y me miró igual, empezaba a cansarme de esta situación. Cogí la mano de Oliver y él me sonrió sin ganas-.

Tú: ¿Qué está pasando? -dije soltándole mientras les miraba a los tres-. Neville, -él apartó la mirada-, Oli.

Oliver: Voy... Voy a llevar a Colin adentro, -se fue hacia el gran comedor sin mirarme-.

Tú: ¿Harry?

Harry: Lo siento, -parecía que iba a romper en llanto en cualquier momento-.

Tú: Harry esto no es culpa tuya, sin ti estaríamos perdidos, -él negó-. Tengo, tengo que buscar a Fred, Harry, ¿sabes dónde está? -negó con rapidez-.

Harry: No, Ne-Neville, tienes que quedarte con Neville, yo tengo que irme.

Tú: ¿Dónde vas?

Harry: Espera, -caminó hacia Neville, que se había apartado un poco de nosotros y le dijo un par de cosas, después volvió junto a mí-.

Tú: ¿Qué hay en el Gran Comedor?

Harry: Están los que... Los que murieron, -dijo con dificultad, a mí se me paró el corazón y se me heló la sangre al pensar en la gente que habría allí dentro, en la de vidas destrozadas que había dejado esta lucha, en la de corazones rotos que habrían dejado los que murieron-.

Tú: ¿Dónde ibas? -volví a preguntar-.

Harry: A... Al...

Tú: Vas a entregarte, -no fue una pregunta, conocía lo suficientemente bien a Harry como para saber que iba a entregarse, que no dejaría que más gente muriese por él-. No puedes hacerlo Harry, -cogí su cara con mis manos-, tienes que seguir luchando, sé que cuesta, que es horrible pero si te rindes todo esto no habrá servido para nada.

Harry: Tengo que hacerlo, -cogió una de mis manos y la apretó con fuerza-. Por favor, no me odies, -besó mi frente y caminó hacia afuera-.

Tú: Iré contigo.

Harry: -Negó mirándome por última vez- Ya ha muerto demasiada gente, demasiada gente a la que quiero.

Tú: Vuelve vivo Harry, aquí demasiada gente depende de tí, -simplemente asintió sin ganas y desapareció, poniéndose sobre él la capa de invisibilidad, yo me di la vuelta y camine hacia el gran comedor. Sentía como si alguien viniese detrás mio y me giré lentamente-. ¿Harry?

Harry: Quiero ver a Ginny por última vez, -susurró-.

Tú: Vale, -abrí la puerta de ese Gran Comedor en el que había pasado tantos días de mi vida estudiando, riéndo, aprendiendo, viviendo. Ahora estaba destrozado, nada comparado con la antigua hermosura y protección que ese lugar brindaba, llevé mi mano a mi boca intentando no soltar un sollozo cuando vi a Seamus sangrando por la cabeza. A una Ravenclaw un par de años menor que yo llorando porque quería volver a casa, a la gente llamando a quienes tenía por peridos-.

Había tantos llantos inconsolables, tantas miradas perdidas, tantos ojos sin vida, tanta gente tumbada en las camillas que ya no estaba entre nosotros, tantos grupos de personas destrozadas, tantas vidas que no podrían recuperarse de aquello. Todo se grabó en mi memoria, pude darme cuenta cuando Harry salió del Comedor, aunque yo no había visto aun a Ginny. Ginny, a Ginny y a los demás Weasleys, no quería verles allí, empecé a sentirme mareada, cada paso que daba, no pude evitar sollozar cuando vi a Lupin y a Tonks tumbados en esas camillas, juntos, muertos los dos, cogidos de la mano. Me arrodillé a su lado, mientras algunas personas me miraban con pena, con lástima, con dolor, con lágrimas en los ojos. Lloré en silencio por ellos, por su pequeño bebé, nacido poco tiempo atrás. Lloré porque eran dos vidas más que se habían visto destrozadas por el capricho de un maldito ser que nunca debió haber nacido, que nunca debió haber sido seguido por nadie, que, que había provocado todo aquello.

Sequé mis lágrimas y acaricié las manos de ambos unidas por última vez cuando Oliver se me acercó. Oliver siempre había sido uno de mis mejores amigos, y después de que Fred y yo nos besásemos había estado saliendo con él durante casi dos años.

Tú: ¿Por qué nadie me lo dijo?

Oliver: No quería verte triste, -se arrodilló a mi lado-.

Tú: Tenía derecho...

Oliver: Sí, pero...

Tú: Oliver, tú querrías saberlo...

Oliver: Entonces hay algo más que tienes que saber, -le miré y justo cuando iba a hablar le llamó Lee Jordan y se lo llevó arrastras de allí mientras le gritaba. Yo me levanté y seguí caminando hacia el fondo del comedor, cuando vi un grupo de pelirrojos juntos. Sonreí, pero ellos parecieron cada cuál más horrorizado y apenado de verme-.

Me acerqué a ellos y vi sus caras destrozadas, desencajadas. Molly, Arthur, Percy, Ginny, Bill, Fleur, George, pero no Fred, justo en ese momento George dio un paso adelante, mientras todos me miraban en un silencio sepulcral y yo no pude ver más allá de un reflejo pelirrojo en el suelo. Miré a los ojos de George, que tapaban lo que fuese que estaba detrás de él y entonces, negó, y mi mundo se paró.

Last breacht ( fred weasley y tu) one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora