Viernes, 19:30 de la tarde, y yo; Siendo acompañada por el tic-tac de un reloj que me martillea la cabeza y un ordenador que me desespera cada vez que se cuelga.
Aunque, antes de seguir contándote mi pésimo viernes tarde-noche, deja que me presente: Me llamo Samantha, tengo 26 años y soy diseñadora gráfica.
De físico no soy nada del otro mundo; pelo castaño muy claro, ojos marrones, un tono de piel algo pálido; pero nada que el maquillaje no solucione, me considero alta; ya que supero a la mayoría de las mujeres de aquí. Mido entre 1'71 y 1'75, eso me ayuda a no tener que usar tacones; ya que caminando con ellos parezco Bambi recién nacido.
Y como iba diciendo, soy la única pringada que sigue en esta oficina.
¿Por qué? Por no saber decir un "no", ahora tengo que terminar este estúpido montaje publicitario y rezar por un aumento de sueldo.
***
Pego un salto de la silla cuando noto unas manos en mis hombros, y acto seguido escucho la risa de Arriane.
Arriane se convirtió en mi mejor amiga desde que entré por la puerta de esta empresa.
Es morena, con los ojos azules y más o menos de mi misma altura.
Ella es ese duendecillo alegre y demasiado sincero, la persona más positiva que puedas encontrar en este mundo. Aunque utiliza bastante el sarcasmo, su mala lengua, y no se piensa dos veces las cosas, tanto para hacerlas como para decirlas.
-Vamos Sammie, muévete o pronto serás parte de esta silla. -Dice continuando su risa, mientras pronuncia con orgullo el mote que me puso al conocernos.
-Pues el lunes te agradecería que trajeras una espátula, porque no puedo moverme de aquí hasta que termine el montaje. -La miro y veo como rueda los ojos por mi comentario.
-Entonces, ¿vas a quedarte aquí hasta las tantas? Es V-I-E-R-N-E-S. -Me da un toque en la punta de la nariz con su dedo índice por cada letra que sale de su boca.
-Sí. -digo cortante y vuelvo a colocar la mano sobre el ratón.
Escucho un bufido y acto seguido una de sus típicas frases hacia mí.
-Se te va a pasar el arroooz... -Canturrea.
Me cruzo de brazos y giro con las ruedas de la silla hacia ella.
-¿Y qué pretendes que haga? ¿Que ligue con una planta? Si no puedo salir de aquí y... -Cierro la boca de golpe al ver como se le ilumina el rostro.
-Página de citas. -Dice sonriendo.
-¿¡QUÉ!? -Grito, con la esperanza de que no la hubiera escuchado bien.
-¡Joder! Sé que me quieres, pero prefiero no acompañarte en el camino de la sordera. -Se presiona la oreja con el dedo repetidas veces.
Por primera vez en una hora, suelto una carcajada.
-Y yo sé que me quieres, pero no pienso perder mi poco orgullo en una página para desesperados.
Y cuando voy a girarme de nuevo al ordenador, empuja mi silla apartandome de él. Abre el navegador y teclea dirección a una página de desesperados.com.
No sé como puede tener la cabeza tan pequeña, con lo cabezota que és. -Pienso para mí, reprimiendo una sonrisa.
Me mira de reojo y disimulo acercándome de nuevo a ella.
-Mujer. Fecha de nacimiento. -Va dictando en voz alta mientras teclea y mueve el ratón como si le fuera la vida en ello.
Me mira girando la cabeza ligeramente hacia un lado.
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Oneo
Teen FictionDeja que te cuente una historia, que seguramente te parecerá increíble. Todo lo que te voy a contar, no ocurre en una típica ciudad americana ni en un paradisíaco lugar donde reina la paz. Estas cosas cuando ocurren de verdad siempre pasan en lugare...