Capítulo 18

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*Narra Samantha*

Encuanto salen por la puerta Arriane viene corriendo hacia mí con su máxima expresión de loca y comienza a hablar como si se hubiera tragado un megáfono.

-¡No me puedo creer que haya venido a verte! -Hace una pausa y calma su voz.- Aunque no me hayas avisado... -Levanta los brazos y grita de nuevo.- ¡Pero está mucho más bueno en persona! A ver, ya sé que es tuyo y todo eso, pero... No voy a negar que me alegra la vista... Mucho... -Mira hacia otro lado y se encoje de brazos.- Bueno, me puedo conformar con el amigo de las lentillas...

Me limito a observar todos sus cambios de humor, conteniendo la risa.

-Arriane, no son lentillas... -Dudo dos veces antes de decírselo.

-¿Entonces que son? ¿Sus ojos de verdad? -Empieza a reírse.

Asiento con la cabeza y ella deja de reírse lentamente sin dejar de mirarme.

-¿Va en serio? -Pregunta, como si le estuviera tomando el pelo.

-Sí, son sus ojos... -Me muerdo el labio arrepentida.- Pero sigue con esa tontería de la lentilla hasta que él te lo cuente.

-¿Que me cuente qué? ¿Que se ha tatuado el ojo?

Ruedo los ojos con expresión divertida y saco el móvil del bolsillo.

-Voy a llamar a Ian, tú sigue pensando que puede ser... -Me río mientras busco su nombre en la agenda.- Ah, y Ángel no se llama Ángel, se llama Oneo.

Noto la mirada de Arriane en mi nuca mientras camino hacia la terraza para tener más intimidad. Espero que Ian lo entienda sin tener que irme de la lengua, aunque no sacará conclusiones tan estúpidas o locas como las de Arriane. Cierro la cristalera de la terraza más fuerte de lo que esperaba al escuchar la voz de Ian.

-¿Eooo? ¿Y que ha sido eso? -Insiste al otro lado de la línea.

-Na-nada... Estaba pensando y me ha sobresaltado escucharte de repente en mi cabeza. -Murmuro sentándome en un silla.

-Cómo siempre, Samantha en su mundo... -Dice entre risas y le acompaño.

-A ver Ian, no sé como explicarte esto. Tampoco sé si debería explicártelo, pero sé que no me vas a dar el aparato sin más, así que...

-¿¡El aparato!? -Eleva la voz cortándome la frase.

-¡Escuchame! -Grito sin querer, pero al menos se calla.- Ha venido Ángel, con un amigo un tanto irritante, es como la versión masculina de Arriane...

-Samantha, al grano...

-Mmm, sí... -Paso mis dedos por la frente haciendo un pequeño masaje.- Ángel, que en realidad se llama Oneo, ha venido a verme porque necesita urgentemente el aparato. En realidad aún no sé si puedo explicártelo, así que te pido que me lo traigas mañana por la mañana...

-¿Cómo que Oneo?

-Gracias por escucharme solo hasta esa parte... -Suspiro.- Para ti no es tan dificil de adivinar, o eso creo... Tú crees en estas cosas y tienes una mente abierta...

-Dime aunque sea tres palabras como pista...

-Mmm... ¿Otro, planeta... vida? -Digo las palabras pausadamente, aumentando mi tono de confusión en cada una.

-¡Eso no es darme una pista, eso es decírmelo! -Grita riendo.

En ese momento sale Arriane a la terraza y se sienta a mi lado.

-¿Qué pasa? -Me susurra.

Me separo el móvil de la oreja, acercándome a ella.

-Necesito urgentemente el aparato que tenía Ana en Somosierra, es de Oneo y Eryx...

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