Narrado por Ángel
Mi padre me agarra fuertemente del brazo y no importa mi resistencia, sigue siendo más fuerte.
-¿¡Cómo se te ocurre!? -Exclama levantándome de la silla y apartándome de mi único sitio para comunicarme con Samantha.
Me limito a mirarle.
-¡Contesta! -Me sigue la mirada sin bajar el volumen de su voz.
-No tengo nada a lo que contestar. -Respondo sin apartar la mirada.
-Sabes las normas. No te he enseñado nada de esto. -Añade conteniéndose y me suelta el brazo.
Obervo como las marcas de su mano desaparecen poco a poco de mi brazo.
-Directamente no me has enseñado nada.
-Explícate, antes de que me arrepienta.
-Ellos no son tan diferentes. -Contesto decidido.
-¿¡Qué te ha dicho esa... Esa inferior, para que te pongas en contra de tu propio padre!?
-¡Ella no es inferior, es como nosotros! ¡Estoy cansado de vuestros lavados de cerebro! ¡De vuestra ignorancia! -Respondo sin pensarlo dos veces.
Noto su fuerte mano en mi mejilla, y aunque la aparte, el golpe sigue ahí.
-Podrías molestarte en hablar con alguno de ellos y dejar tu ego a un lado. -Me acerco a él intentando ignorar el dolor del golpe.
-¿Molestarme? ¿Por alguien así? Por favor, hijo... Yo te di mi confianza, y tú a cambio rompes mis normas. -Levanta el brazo derecho.
Veo a dos hombres armados entrar a la habitación.
-Tendremos que alejarte de esta cosa. Bueno, de esas cosas... Son peligrosos. -Dice mi padre desconectando el ordenador.
Siento como se despierta la rabia en mi cuerpo al escuchar su desprecio hacia Samantha.
-Se cree el ladrón que todos son de su condición. -Digo con rabia y forcejeo ante el agarre de los dos trajeados.
-Vaya, ¿eso también te lo ha enseñado ella? Me sorprende. -Suelta una carcajada.
Su risa es lo último que escucho.
Los dos hombres me sacan de mi propia habitación.
-Sabes que eres alguien importante, no puedes arriesgar tu vida por una inferior. -Escucho decir al energumeno de la derecha.
-Es lo que tienen los niños mimados, no se conforman con lo que tienen aquí. Necesitan algo que nadie tiene. -Añade el de la izquierda.
-¿Y se busca a una inferior? Pobre idiota, ¿Dónde vamos a llegar..? -Los dos se carcajean.
Levanto la cabeza y le escupo al de mi derecha en la cara.
No tarda en reaccionar y saca el arma mientras el otro me sigue sujetando.
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Oneo
Ficção AdolescenteDeja que te cuente una historia, que seguramente te parecerá increíble. Todo lo que te voy a contar, no ocurre en una típica ciudad americana ni en un paradisíaco lugar donde reina la paz. Estas cosas cuando ocurren de verdad siempre pasan en lugare...