-¿Samantha? ¿Me está escuchando? -Pregunta.
¿Eh?
-Sí. -Me limito a contestar.
-Bueno, pensaba que se le había olvidado mandármelo. Así que le pedí a Rubén que entrara en su ordenador y lo hiciera por usted...
Levanto la mirada y me encuentro de pleno con sus ojos.
En ese momento me pongo más nerviosa, si es que cabe.
-Lo siento, el viernes no fue uno de mis mejores días... -Intento excusarme.
-¿No lo fue? -Sigue con sus ojos fijos en los míos.
-No... -Murmuro mientras noto calor en mis mejillas.
-Pues yo espero que tenga más momentos como ese viernes, porque el montaje les ha encantado. -Sonríe de lado.
¡¿Qué?!
Creo que mi cara ahora mismo es un auténtico poema.
-¿Les... les ha gustado? -Titubeo.
-No les ha gustado, les ha encantado. -Repite la palabra con orgullo.- Gracias a usted añadimos un cliente asegurado a la lista.
La corona imaginaria borra su ''Despedida´´, pero sigue en mi cabeza.
Si el karma me ha librado de esta, no sé como se lo va a cobrar.
-Vaya... Sigo sin creérmelo... -Contesto aliviada.
-Hágalo. En momentos como este me felicito a mí mismo por haberla contratado.
No puedo evitar enarcar una ceja ante su comentario, pero enseguida anulo el gesto.
-Pues... Si esto es todo, me gustaría volver a mi trabajo... -Hago ademán de levantarme.
Estoy deseando salir de este despacho.
-Por supuesto. -Asiente con la cabeza, dándome permiso.
Le imito el asentimiento.
Me levanto y salgo de ese despacho como si tuviera un petardo en el culo.
Cierro la puerta detrás de mí y me apoyo en ella.
Es como si me hubieran quitado 5 kilos de la nada.
-¿Qué? ¿Que ha pasado? -Pregunta Ru sediento de información.
Sonrío a Ru y lo aplasto en un abrazo.
-Vale que no me gusta ser secretario, pero amor, me vas a asfixiar... -Dice riendo y le suelto.
Me acompaña hasta mi silla y les cuento a Ru y Arriane lo que ha pasado de puertas hacia dentro.
-Madre mía chicas, ojalá tuviera yo esa suerte. -Añade Ru cuando termino de hablar.
-Creo que a mí me hubieran tirado a patadas por uno de mis montajes sin terminar. -Comenta Arriane sin apartar la mirada del ordenador.
-Sinceramente, yo me estaba oliendo el despido... -Digo mientras muevo la mano delante de Arriane para que nos mire.
Arriane hace caso a mis señales.
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Oneo
JugendliteraturDeja que te cuente una historia, que seguramente te parecerá increíble. Todo lo que te voy a contar, no ocurre en una típica ciudad americana ni en un paradisíaco lugar donde reina la paz. Estas cosas cuando ocurren de verdad siempre pasan en lugare...