Capitulo 27

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Como prometí, aquí esta el capitulo. Lo unico que pido es me retribuyan la buena accion, dandome sus votos y comentarios. Es solo un minuto y puede alegrar mi dia >.<

Espero lo disfruten!! Saludos...

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El lunes a primera hora estaba enviándole mensajes a Josh para que pasara por mí, por primera vez en años estaba ansiosa de llegar al instituto. Me urgía saber qué había averiguado Aaron. Después de recordarle a mi padre que debía ir hablar con el director, salí comiendo una manzana y me adentré en el auto de mi amigo. El viaje se me antojó más largo de lo normal y cuando nos detuvimos en el estacionamiento, prácticamente me tiré del vehículo.

—¡Gracias, Josh! Eres el mejor amigo de todo el mundo —ironizó imitando mi voz.

Detuve mi carrera y volví para darle un abrazo, entre mis nervios y ansiedad, no había pronunciado palabra durante el trayecto.

—Gracias, de verdad que eres el mejor amigo que podría tener —besé su mejilla y ajustando la correa de mi mochila, me dirigí hacia los casilleros.

Lo primero que noté fue que ya nadie me miraba mal, no había risas no felicitaciones y mucho menos fotos pegadas en mi casillero. Me encontré pensando si eso tendría algo que ver con la pelea que había tenido con Gillian. Tal vez se sentían amenazados ante mi facilidad para arrancar cabellos, nadie querría llegar calvo a la fiesta de graduación. Abandoné mis libros en mi casillero y me encaminé hacia el de Aaron, pero no estaba allí.

Respirando hondo fui al salón del comité periodístico, rogando que él se encontrase. Esta vez no me detuve a llamar a la puerta, simplemente entré. Los estudiantes que se hallaban ordenando sus tareas, me dieron una mirada inquisitiva, pero alcé mi cabeza y caminé hacia donde estaba Aaron, quien por fortuna no se encontraba en la sala de edición.

—Hola, necesitamos hablar—lo increpé apenas me detuve frente a él.

—Hola, Jessie. Te invitaría a pasar a la sala de edición, pero sé que te negarás —bromeó, ganándose una mirada de reproche de mi parte —. Está bien, déjame tomar mis libros y hablamos fuera.

Asentí con la cabeza y lo seguí cuando nos dirigimos nuevamente hacia los casilleros. Marcó su combinación, ajeno a la impaciencia que me poseía. Quería agarrarlo de los hombros, sacudirlo y exigirle que me dijera qué era lo que sabía, pero estaba segura que eso no estaría bien visto y él podría llegar a enfadarse. Por lo que me limite a golpetear el piso con mi pie, reiteradas veces, mientras mis uñas eran devoradas por mis dientes.

—¿Ansiosa? —inquirió alzando una ceja.

—Estoy haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad para ser una dama, no me pongas a prueba —mascullé.

—De acuerdo —cerró la taquilla y se recostó de lado sobre ella —. Creo que tengo un topo dentro del comité periodístico,

—¿Qué quieres decir?

—Que alguien de allí sacó la foto —explicó.

—Eso era obvio, hasta yo lo deduje. Lo que quiero saber es si averiguaste quien es.

—Bueno, una fuente muy confiable me dijo que vio a Leila con una cámara fotográfica esa mañana —respondió encogiéndose de hombros.

—¿Leila? ¿Quién rayos es Leila?

—Leila Simmons —enarqué las cejas, porque aún así no sabía quién era —. ¿Recuerdas la chica que abrió la puerta el día que fuiste a buscarme al comité?

Irresistiblemente ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora