Epilogo

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El final llegó *snif, snif* . Quiero agradecer a cada personita que se tomó la molestia de votar y comentar en cada capitulo. Se que a veces no nos damos cuenta y pasamos a la siguiente pagina sin decir nada, pero unas simples palabras pueden alegrar el día. 

Esta historia comenzó con una loca idea, con las que muchas se sintieron identificadas y en un principio pensé que tal vez nadie leería por creerla un cliché. Por que seamos seinceras, hay muchas historias donde la chica se enamora del novio de la amiga, aunque no todas tienen un final feliz. Pero creo que la Historia de Jessie y Caleb fue un poco diferente, con sus ocurrencias y torpezas. Además el hecho de que su amiga la haya perdonado, es algo distinto.

Los personajes y yo, crecimos a su lado, en cada capitulo. Y agradezco una vez más sus opiniones, ya que muchas fueron muy utiles...

Espero les haya gustado acompañarme en este recorrido, y deseo volverlas a tener a mi lado en otras historias. 

NUEVAMENTE GRACIAS Y QUE LO DISFRUTEN!!! SALUDITOS

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EPILOGO

—Es la última caja —grité cuando entré a nuestro nuevo departamento.

—Menos mal. Creo que no necesitaré ir al gimnasio por una semana. ¿Cuántas cosas tienes, mujer? —bromeó Caleb abrazándome por detrás.

—No mucho más que tú. ¿Acaso todos los hombres coleccionan revistas de deporte?

—No sé si todos lo hacen, pero a mí me sirven. Hay buenas estrategias —besó mi cuello y apretó sus brazos en mi cintura —. Habla la chica que tiene una colección de más de veinte revista Cosmopolitan.

—No son mías —chillé —. Cassidy insistió en que las trajera ya que no estaría aquí para darme consejos de moda —hice una mueca ante el recuerdo.

—No necesitas ningún consejo, eres hermosa tal y como estás.

Giré en sus brazos y uní nuestras bocas. Jamás me cansaría de besarlo.

—Tenemos que apresurarnos si queremos llegar para ayudar a Cass y Josh a mudarse —comenté mientras me soltaba de su agarre.

—No es justo —se quejó —. Ellos no vinieron a ayudarnos a desempacar.

—Pero empacaron todo en casa, Caleb. Prometí ayudarles, y eso haremos.

—¡Sí, señora! —bromeó haciendo la venia militar.

—¡Mueve el trasero! —le pegué de manera juguetona en el brazo y él entrelazó nuestros dedos mientras salíamos de nuestro departamento.

 Aún no podía creer que hubiéramos encontrado un lugar tan hermoso y accesible a pocos pasos del campus. Me sentía emocionada de tener un lugar propio y poder compartirlo con Caleb, era todo lo que alguna vez soñé.

—¿Qué piensas, nena?

—Que soy feliz.

—Yo también lo soy —Caleb besó mi mano y sentí que todo era perfecto.

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POV Cassidy

 

Ya habían pasado dos meses desde que el semestre en la universidad había comenzado y estaba satisfecha con lo que había construido junto a Josh. Desde que estábamos juntos, sentí que él sería mi principio y mi final. Habíamos estado tan cerca de dejar pasar la oportunidad de amarnos, gracias a Dios que Jessie había obrado su magia y nos había encerrado en esa habitación. No podría imaginar estar aquí sin él.

Besé su barbilla, adorando verlo dormir. Una de sus manos descansaba debajo de mi cabeza, mientras la otra ocultaba sus ojos del sol mañanero. Cuando moví mi boca hacia su cuello, dejando un beso en la zona de su pulso, se movió con tanta agilidad que no lo vi venir. Sus manos me envolvieron y me tiraron sobre su cuerpo, agarrando mis nalgas en el proceso.

—¿Te despertaste con ganas de jugar? —inquirí besando suavemente sus labios.

—Es tú culpa, sabes que tus besos me enloquecen —susurró con voz adormilada.

—No me culpes si tu mente piensa en sexo todo el día —sonreí contra su boca, atrapando su labio inferior entre mis dientes.

—Cass… si de verdad no quieres un mañanero, no me provoques —canturreó apretando mi cintura.

—¿Quién dijo que no quería?

—Así me gusta. Ven aquí… —capturó mis mejillas y profundizó el beso.

Comenzamos a besarnos con desesperación, de la manera que nos gustaba a ambos, quitándonos la respiración. Sus manos se movieron suavemente hasta mi camiseta, hasta que tiró del dobladillo y la quitó por mi cabeza. Apoyé mis palmas en su pecho desnudo, trazando el contorno de sus abdominales con mis dedos. Se estremeció por mis caricias y volvió a unir nuestras bocas. El timbre de mi celular nos llamó la atención, pero Josh continuó con su ataque a mi cuerpo.

—No contestes.

—Es un mensaje —murmuré contra su boca —. Tal vez sea Jessie.

Estiré mi mano para tomarlo y dejé caer la cabeza cuando leí el remitente.

—¿Quién es? —susurró Josh, dejando un camino de besos desde mi cuello a mi clavícula.

—Colt —suspiré y dejé caer mi cabeza sobre su hombro —. Dice que está abajo, acordamos reunirnos para un trabajo práctico.

—Demonios —masculló. Tomó mi rostro entre sus manos y me miró a los ojos —. ¿Te dije que ese chico no me gusta nada? Odio la manera en que te mira.

—Por favor, Josh. Es gay, no tienes de qué preocuparte.

—No lo sé…

—Bueno, campeón. Tendremos que dejar el mañanero para otro día —dejé un suave beso en sus labios y me incorporé —. Tengo diseños que crear.

—Pórtate bien, bebé —palmeó mi trasero y rió cuando actué una mirada enfadada sobre mi hombro —. Te amo.

—Yo también te amo, nene. Duerme un rato más, tú que puedes.

Irresistiblemente ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora