Capitulo 36

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Bueno este es finalmente el ultimo capitulo. Luego esta el epilogo y nos despedimos. Quiero decirles que me encantó compartir esta historia con ustedes, siempre me sacaron más de una sonrisa y me alegraron el día. Sin su apoyo, al historia no sería lo que es y le estoy infinitamente agradecida.

Les cuento que la foto es de los vestidos de las chicas, mas o menos como los imagine. El de la izquierda es el de Jessie y el otro el de Cass. Espero les guste.

Las dejo leyendo y me voy a acabar el epilogo jeje 

Saluditos!!! XD

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El miércoles siguiente a la boda de mi padre, me encontró sentada en el sofá de mi casa con los folletos de las universidades en mis manos. Los cambiaba de una mano a otra, habiendo escogido las únicas dos que otorgaban becas de hockey. Estaba esperando que Caleb saliera de la ducha, para enfrentarlo y tomar una decisión. Había hablado con mi padre, quién me había dicho que siguiera mi instinto sin esperar la opinión de mi novio. Pero me era imposible hacerlo, necesitaba saber qué era lo que Caleb quería.

—Aquí estás —oí su voz desde las escaleras y giré para darle mi mejor sonrisa.

Sonrisa que quedó congelada cuando vi su torso desnudo. No que no lo hubiese visto nunca, sino que cada vez que lo veía mi respiración se atascaba, era algo que solo él podía generar en mi cuerpo.

—Sí, ve a ponerte una camiseta que necesito hablar contigo.

—¿Y por qué debo vestirme? ¿Te distraigo? —inquirió divertido, mientras se acercaba al sofá para apoyar sus manos en mis hombros.

—¡Creído! —balbuceé y chillé cuando sus dedos encontraron el punto debajo de mis brazos donde tenía cosquillas.

—Confiesa, me encuentras tan irresistible que no puedes concentrarte —susurró contra mi oreja.

—Sí, claro. Eres tan modesto —ironicé —. Vamos, Caleb hablo en serio. Tenemos que hablar.

—Aguafiestas —dejó un beso en mi mejilla y lo oí correr escaleras arriba.

Minutos después el repiqueteo de sus pies en los escalones me alertó de su presencia. Saltó el sofá, cayendo a mi lado y subió mis piernas sobre las suyas.

—Soy todo tuyo —comentó dándome esa sonrisa derrite bragas.

—Lo eres —susurré, dándole un rápido beso en los labios. Tomé los folletos y los agité frente a su rostro —. Tenemos que escoger universidad.

—Creí que ya habías escogido —comentó frunciendo el ceño.

—Pues no, estaba esperando a hablarlo contigo.

—Nena, yo iré a donde tú vayas. No importa si tenemos que irnos al Congo belga, yo quiero estar a tu lado, lo demás es irrelevante.

¿Cómo no iba a enamorarme de él cuando decía ese tipo de cosas? Cerré los ojos alejando las lágrimas que amenazaban con caer y le di el folleto de la universidad que a mi parecer era la adecuada para ambos.

—Esta tiene una excelente facultad de marketing y además es una de las que te han otorgado la beca de hockey.

—Perfecto, vamos a esa entonces —tiró el folleto sobre la mesa y me tomó de la cintura de modo que quedara a horcajadas sobre sus piernas —. Es muy sencillo, nena. Te quiero, no solo en la misma ciudad, sino en la misma casa.

—¿Qué estas diciéndome? —mi corazón comenzó a latir de manera frenética. Si había entendido bien significaba que mis temores eran infundados, Caleb no quería libertad, me quería a mí.

Irresistiblemente ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora