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Cuando NamJoon se va decido dormir un poco, al despertar arreglo la casa, arreglo el cuarto de Tae, voy al nuestro, quito las sábanas húmedas, las cambio por unas blancas y nuevas. Veo por la ventana y veo que ya a oscurecido.

–NamJoon no debe tardar en regresar.- Tomo las sábanas que quité y salgo de la habitación. Volteo a mi izquierda, veo otra habitación entre la de TaeHyung y la nuestra.
–Tal vez aquí éste el cuarto de lavado.- Giro la perilla pero está con llave, dejo ahí las sábanas y comienzo a buscar por todas partes las llaves de la casa. Al no encontrar nada, bajo y tomo un cuchillo, para después regresar y tratar de abrir la puerta.

–Alejate de ahí.- Dicen a mis espaldas, volteo y veo a NamJoon con las manos hechas puños y totalmente tenso.

–Perdón, pero quería lavar las sábanas y el cuarto está cerrado con llave.-

–Ese no es el cuarto de lavado, así que no tienes porque volver hacer lo que estabas haciendo.- Toma las sábanas, agarra mi mano, me  quita el cuchillo, me lleva a la cosina, abre una pequeña puerta, donde veo la lavadora y secadora junto con los productos de limpieza. –Aquí es el cuarto de lavado.- Dice fríamente para después irse.

–¿Qué hay en el otro cuarto?.-

–Nada, cuando llegamos así estaba cerrado y sin llave... Y así tiene que quedarse.-

–Lo siento.-

–No importa, vayamos a cenar.- 

–Ahora preparo algo.- Asiente y se va a la sala.
–La cena ya está.-Nam sale de la casa, lo sigo, cuando veo que sale del coche con el delantal y una bolsa de regalo.

–Se te olvidó.- Dice poniéndome el delantal.

–Gracias.- Digo sonriente y viendo la bolsa de reojo.

–Estuve pensando que mañana, no sé, tal vez me esperes con el puesto.-

–¿Con el delantal?.-

–Si, pero sólo con el delantal.- Me abraza por la cintura, me acerca a él y muerde mi labio. –Así pondremos estrenar un pequeño regalito que te compré.- Vuelve a besarme, lo abrazo y me estiro para quitarle el regalo, ríe y yo me alejo para poder abrirlo.
Él va a la cocina, apaga el ramion y regresa conmigo.
–¿Te gustó?.- Lo volteo a ver totalmente sonrojado y sonrío nerviosamente.

–S-si, eso creo.-Digo nervioso viendo los condones y lubricantes de la bolsa.

–Pensé que tal vez así no te dolería tanto y disfrutarías más.- Me entrega una caja de condones y toma mi pierna.
–Vamos, abrela, sé que te va a encantar esta marca, es especialmente para nosotros.-

–¿Para hombres?.- Ladea la cabeza y suspira.

–Solo abrela.- Agito la caja, se escucha algo chocar adentro, abro la caja, saco dos anillos de madera, veo dentro de cada uno y dicen nuestros nombres.
–¿Te gustaron?.-

–Me encantaron.- Toma el anillo que dice "NamJoon", toma mi mano derecha y pone el anillo en el dedo anular. Tomo el anillo con mi nombre y se lo pongo en el dedo.

–Lo puedes mojar sin ningún problema.- Me lanzo a besarlo, nos acostamos en el sillón, desabrocho su pantalón, introduzco mano y comienzo a jugar con sus testículos. –Perece que dejaremos el ramion para mañana... Quería dejarte descansar por hoy.-

–No, apartir de hoy no podrás descansar.- Digo desabrochando su camisa.

–Por mí está bien, lo siento por ti.-
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–Tendrás que vender tu auto y tus muebles.- Dice NamJoon abrazándome y jugando con mi cabello.

–¿Por qué?.-

–Ya no te servirán de nada, y con mi carro podremos movernos fácilmente.-

–Pero tú tienes que ir a la escuela y yo tengo que regresarme del trabajo.-

–Puedo tomar el tren... Y puedes ir por mí saliendo del trabajo.-

–Está bien, creo que tienes razón.- Besa mi cabeza y yo me recuesto en su pecho.
–También le diré a la compañía que ya no necesito la casa.-

–Si, así será mejor... Por cierto, el fin de semana iré a Seúl, ¿Vendrás conmigo?.-

–No quiero ir y encontrarme con alguien indeseable, además que no me darán el día.-

–Entonces no tardaré en regresar.-
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Cuando llega el fin de semana vendo mi coche y mis muebles se han ido vendiendo casi en su totalidad. NamJoon toma una machila y se acerca a mí.

–Normalmente regresaría hasta el lunes en la mañana, pero trataré de llegar mañana temprano.-

–Está bien, no te preocupes, te esperaré con el delantal puesto.- Digo sonriente.

–Esa idea me gusta.- Lo beso, me entrega sus llaves y se va.

Voy a trabajar medio día, doy un pequeño paseo por Daegu, voy a comprar la despensa de la semana y compro algo para cenar.
Cuando regreso a la casa el teléfono se encuentra sonando, dejo las bolsas en el sillón, cierro la puerta y contesto.

–¿Bueno?.-

–Jin-Hyung, ¿Se encuentra NamJoon?.-

–No, se fue a Seúl, me dijo que a arreglar algo de la gasolinera.-

–A, sí es cierto, bueno entonces mañana le hablaré gracias.-

–¿Ocupabas algo?.-

–No, sólo estaba aburrido y quería hablar con alguien.-

–Bien, aquí estoy yo.- Tarda en contestar así que retomo la conversación.
–Oye TaeHyung, ¿Sabes algo del cuarto que está con llave al lado del tuyo?.-

–No, Hyung sólo dice que así estaba y no le entregaron llave de ahí... Pero es algo raro porque en Busan también había otra habitación con llave y decía lo mismo.-

–No creo que sea una casualidad.- Digo dudoso.

–Ni yo, pero tengo que colgar... Adiós Hyung que descanses.- Cuelga, suspiro y volteo a las escaleras. Arreglo las cosas, ceno y me acuesto en la sala para ver la televisión. Cuando comienzo a cabecear decido apagar la tele, cerrar la puerta con llave, miro las llaves y veo que hay una de más.

–Tal vez ésta sea la del cuarto.- Subo rápidamente las escaleras y me quedo estático frente a la puerta de la habitación.  –No Seok Jin, tal vez no haya nada y sólo la cerró porque no la necesitaba.- Trato de seguir a mi cuarto, pero es más mi curiosidad, así que regreso y abro la puerta, sólo para encontrarme con una cama.

Prendo la luz y me sorprendo al ver fotografías mías pegadas al rededor de toda la habitación. Entro totalmente y en el armario hay más fotografías, pero las que más llaman mi atención son tres. Cuando recibí mi título universitario, el día de mi "boda" con Jiwoo y cuando llegamos de Jejudo.

–Esto no puede estar pasando.- Digo totalmente aterrado. Trato de abrir la puerta del clóset pero es imposible ya que tiene lector de huella. La abro a la fuerza, veo mucha ropa mía tanto cuando era niño como de hace un año, incluso la ropa que me habían "robado" en la casa de mis padres. De repente escucho una chicharra, del armario empieza a salir un humo verdoso que poco a poco me marea y me hace perder la conciencia.

StalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora