Después de una larga sesión de besos en la puerta de mí casa, lo invité a pasar y el acepto.
Puse las rosas en otro florero con agua mientras que Joel se sentaba en el sillón de la sala.
—Tienes que dejar de mandarme rosas— comenté sentándome a su lado.
—¿Por qué? ¿Acaso no te gustan?— frunció el ceño.
—No, al contrario, me encantan, pero ya no tengo más floreros y no sé dónde ponerlos, mamá ya está harta de verlas por toda la casa— me encogí de hombros.
—Está bien, lo que mi bebé diga— le sonreí y apoye mi cabeza en su pecho.
—¿Puedo saber por qué le pegaste a ese chico?— pregunte luego de un corto silencio cómodo.
—Malinterpreté todo— tapó su rostro con sus manos sintiendo vergüenza por su mal accionar—. Supongo que ya sabes qué pasó, pero en mi defensa, yo lo solo quise protegerte. Pero ya hablé con él, y me disculpé.
—Hiciste bien en disculparte, buen chico— llevó una de sus manos hasta los rizos del contrario y los acarició.
—Mmh... ¿y si encargamos pastel?
—Está bien.
×××
Acompañamos el pastel con un rico café, preparado por mi obvio, porque Joel ni el agua sabe calentar.
La tarde se paso volando y la noche había llegado, lo que significa que mi madre vendrá pronto del trabajo.
—Tengo que irme— habló.
—¿Quieres irte?— pregunté haciendo puchero.
—Ño— hablo como bebé haciéndome reír, me acostó en el sofá y subió sobre mí, sin aplastarme.
—Entonces quédate. A cenar y a dormir— lo miré haciendo puchero.
—¿Quieres que me quede a dormir?— susurró con voz ronca cerca de mi oído y empezó a repartir besos por todo mí cuello.
—S-sí— jadeó al sentir su lengua.
Besó mis labios y yo rodeé su cuellos con mis brazos para acercarlo aún más y profundizar el beso.
Escuché las llaves en la cerradura de la puerta y rápidamente reaccioné para empujar a Joel lejos de mí e incorporarme en el sillón y lucir casual.
—¿Joel?— fue lo primero que preguntó mí madre al verlo en el piso.
—Oh, hola señora Daysi— se levantó rápidamente y le extendió la mano a mamá en modo de saludo.
—Hola— saludó y le acepto la mano gustosa— ¿Ustedes volvieron?— volvió a preguntar dirigiendo la mirada a mí.
—Eh...— miré a Joel, quién me miraba con una sonrisa y volví la vista a mí madre para después asentir— sí, volvimos.
—¡Genial!— gritó sonriente, sorprendiéndome— Ésto se merece una cena especial, ¿Te quedas a comer Joel?
—Claro— dijo igual de confundido que yo.
—Me parece perfecto— nos sonrió y caminó hasta la cocina, pero se detuvo en el marco de la puerta—. Quiero que me prometas algo Joel— agregó.
—¿Qué cosa, Daysi?— preguntó confundido, me miró y me encogí de hombros.
—Que no le vuelvas a hacer daño a Erick.
Mordí mi labio inferior y miré a Joel, esperando su respuesta.
—Lo prometo, juro que jamás le haré daño a Erick de nuevo— dijo mirándome y yo sonreí.
—Eso quería escuchar— suspiró aliviada— bueno, iré a ordenar la cena, muchachos— y se adentró completamente a la cocina.
—Te quiero— dije tirandome a sus brazos para repartir muchos besos en su rostro.
—Yo también te quiero— rió.
—¿Mucho?
—Mucho— aseguró.
×××
daaa, son re tiernos 🥺
falta el final y la historia ya finaliza.
