06

22 2 0
                                    


Luego de unos segundos siente murmuros en la puerta, para luego escuchar dos toques en ésta.

—¡Erick rápido!

Salió del baño encontrándose a su amiga.

—¿Qué le dijiste?

—Que Elisa había contratado a Ed Sheraan para que tocará en su patio, es medio tontito, se fue como Flash.— dijo soltando una carcajada.

—Que gran excusa—rodó sus ojos.

—Como que el alcohol se fue de ti ¿No? Ve y diviértete pendejo, que el otro pendejo ya va a llegar— río.

—Okey, y gracias— salió corriendo directamente a la barra.

×××

3:34 am y Erick está borracho nuevamente.

A podido bailar y besar cortamente los labios de otros chicos, aunque no ha pasado nada más que eso, se había divertido porque Joel no apareció en su camino.

Ya no le tiene tanto rencor a Joel, pasaron meses desde lo que pasó y ya lo superó.

No lo odia, pero no quiere volver a tener esos sentimientos hacia él.

El sueño comienza a apoderarse de él y se siente caer si no fueran por unos brazos fuertes que sujetan de su cintura.

—Oye, amigo ¿Estás bien?— le pregunto gritando aquel extraño por la fuerte música.

El ojiverde rio y asintió, rodeando sus brazos alrededor del cuello del tipo, acercando su rostro al oído del hombre.

—Estoy muy bien— le susurró sensualmente, acariciando su corto cabello rubio.

—Estás borracho— aseguró riendo mientras negaba con su cabeza—¿Con quién viniste, niño?

El mayor no recibió respuesta alguna, puesto a que el menor se había quedado dormido con su cabeza apoyada en su hombro, lo confirmó cuando escucho un pequeño ronquido salir de sus labios.

—¿Y ahora qué?— murmuro para si mismo el rubio viendo para todos lados, tenía que asegurarse si alguien buscaba al ojiverde con la mirada, pero al ver a casi todos bailando y borrachos decidió, como pudo, cargarlo en sus brazos y llevarlo hasta una de las habitaciones.

Con pasos seguros y lentos, subió por las escaleras al segundo piso, llendo a una de las tantas habitaciones de la gran casa, se aseguró que no hubiera nadie dentro y se adentro a ella.

Acostó con cuidado al ojiverde, sacándole sus zapatos y con algo de dificultad logró también sacarle la chaqueta que llevaba puesta, así podía dormir con comodidad.

Suspiró aliviado y se sentó en la cama, se quedó pensando ¿Tendría que quedarse a cuidarlo o solamente podía irse?

Sí se iba, había una posibilidad de que algún desconocido entre y podría hacerle algo, pero si se quedaba se perdería lo que quedaba de la fiesta.

"Tuvo que venir con alguien" pensó, pero si así fuera, ¿Cómo sabría con quién vino?

Rodó sus ojos frustrado, no sabía qué hacer.

Se paró y comenzó a caminar en círculos por la habitación. De repente, la puerta de abrió bruscamente, miró hacía ella para seguido sentir un fuerte dolor en su ojo izquierdo, llevándolo al piso.

×××

uh.

ʀᴇᴄᴜᴘᴇʀᴀʀʟᴏ ♢ ᴊᴏᴇʀɪᴄᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora