4. Dolor

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Bajó del taxi lentamente, arrastrando los pies como si le pesara la vida entera.

Y ni siquiera se atrevía a levantar la mirada a lo que tenía enfrente.

Suspiró con tristeza y levantó su mirada de tal manera que todo parecía ir en cámara lenta.

Y allí estaba aquel hermoso regalo que algún día le iba ser entregado para compartirlo con el amor de su vida.

Apretó la llave que tenía en su mano, esa que se había encargado de guardar y llevar con él a donde sea que fuese.

Comenzó a caminar hacia el pórtico de la hermosa casa y pasó su mano por la empolvada barandilla, sabiendo que estaba recibiendo algunas curiosas miradas de parte de algunos vecinos de ese tranquilo barrio.

Pues en dos años, nadie se había acercado a la hermosa casa nueva y era la primera vez que veían que "el dueño" se aparecía por allí.

Cuando estuvo frente a la puerta, se dedicó a mirar todo con detalle, tenía mucho estilo y detalles lujosos, como las lámparas del pórtico.

Todo era muy estilo Shownu, sonrió al pensarlo y decidió poner por primera vez aquella dorada llave en la empolvada cerradura de la hermosa puerta de madera.

Y entonces la abrió, quedándose más que sorprendido.

La casa estaba totalmente amueblada, parecía que alguien estaba viviendo allí, aunque no era el caso.

Habían muebles, televisión, alfombras y cuadros que combinaban, fotos de ellos colgadas en las paredes y puestas en las repisas, una cocina totalmente equipada y un juego de comedor que parecía ser el de un rey, con una preciosa lámpara que colgaba del techo.

Apenas dio dos pasos hacia adelante y ya estaba más que maravillado con la que técnicamente era su casa.

Avanzó lentamente por el lugar pasando su mano por encima de los muebles de la sala que, a pesar de tener polvo encima por el desuso, eran muy cómodos y se notaba que nunca se habían usado.

Su atención se posó en la enorme cocina con una isla de granito que combinaba a la perfección con el lugar y se quedó aún más maravillado.

Pero luego miró una repisa muy interesante donde habían un par de fotos únicamente suyas.

Tomó la primera y le quitó un poco el polvo, entonces se dio cuenta que era una foto que jamás había visto, parecía estar dormido dentro del auto de Shownu, con el abrigo de él encima.

Sonrió triste e iba a devolverla a su lugar, pero algo llamó su atención.

En la parte de abajo del marco, había algo escrito.

"Por qué me gusta verte dormir"

Frunció el ceño y tomó la segunda.

En esa salía comiendo pizza distraído y la inscripción decía: "Porque eres tan rebelde que comes pizza en escondidas de tu padre..."

Echó un vistazo a la repisa completa y habían muchísimas fotos allí, en todas salía distraído y haciendo cualquier cosa.

Entonces al poner más atención, se dio cuenta que la repisa acaba justo al lado de las escaleras.

Avanzó hacia allí con paso rápido y notó que habían más fotos con alguna descripción, en la escalera.

Ni siquiera las miró, corrió escaleras arriba intentando no tropezar con los pequeños marcos colocados cuidadosamente cada dos escalones.

Su corazón quería salir de su pecho y sus ojos comenzaron a humedecerse por alguna razón.

Pasó por alto todo lo demás en la casa y avanzó únicamente guiado por la linea de marcos pequeños que había en el suelo.

Pero entonces se dio cuenta de que terminaban justo delante de una puerta doble.

Una lagrima rodó por su mejilla y el nudo en su garganta dolía cuando tomó el pomo entre sus manos.

Cerró sus ojos y abrió la enorme puerta lo más fuerte que pudo, provocando un suave viento que resopló por el lugar.

Y entonces abrió los ojos mirando tristemente como un montón de pequeños restos de pétalos secos volaban por el lugar.

La enorme cama estaba intacta y un deteriorado cartel estaba sobre ella.

Hasta ese momento se dio cuenta, que así iba a ser su propuesta de matrimonio y se rompió.

Se sentó en el suelo sintiéndose abatido por la oleada de sentimientos encontrados que mantuvo en ese momento.

No debía haber visto todo eso de esa manera.

Las cosas no debieron pasar de la manera que pasaron.

Después de su graduación, debía irse con Shownu al "lugar secreto" del cual no le quería decir nombre, debía haber recibido la sorpresa de la casa y cuando se diera cuenta de las fotos y siguiera el camino, entonces Shownu debería estar a su lado, ponerse de rodillas y entregarle el anillo que ahora colgaba de su cuello.

Tomó algunos restos de pétalos apretandolos con fuerza entre sus manos y lloró amargamente, tirado en el suelo.

Odiando todos esos momentos donde llroaba por lo que pudo ser y no fue.

Le dolía el pecho en sobremanera y su mente se había quedado en blanco.

Se limpió la cara y se puso de pie dirigiéndose rápidamente al baño que había en esa habitación principal.

Entonces se lavó la cara y se miró en el espejo, por primera vez en mucho tiempo.

Lucía miserable, agobiado, angustiado, con muchas ojeras e incluso lucía infeliz.

No había rastros de aquel muchacho alegre que siempre había mirado al espejo, entonces suspiró decidido.

- Tranquilízate Kihyun... - suspiró fuertemente - esto es pasado, esto no debe agobiarte de la manera que lo hace - volvió a suspirar mirándose fijamente - él es un criminal y está pagando simbólicamente por los delitos que cometió en el pasado... Es cuestión de karma, estas mejor sin él... - suspiró y agachó su mirada, casi seguro de que hasta su reflejo estaría riéndose de él - no, no lo estoy...

Salió nuevamente a la habitación y volvió a mirar todo a su alrededor, está vez con más detalle.

No estaba bien solo, tampoco lo estaría, Shownu lo amaba, él amaba aún a Shownu, la casa era de ambos y... Ya había hecho una promesa.

Todo podía volver a comenzar.

Entonces la idea más alocada de su vida se hizo presente en su cabeza e inhaló todo el aire que pudo antes de sacar su celular.

Marcó un número rápidamente y se puso el celular en la oreja mientras comenzaba a caminar en círculos por la habitación, hiperventilando.

Escuchaba el sonido del timbre, un poco exasperado, pero finalmente la llamada fue contestada.

- Papá, hola... - suspiró escuchando a su padre - sé que dije que iba a llegar hoy o mañana, pero... - miró el cartel con aquella frase que le rompía tanto el corazón y volvió a suspirar - no me esperes, porque no voy a volver... Me quedaré a vivir con Shownu...

Your Angel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora