Acarició al pequeño cachorro y le arregló el vistoso vestuario mientras suspiraba.
— Bien... — ladeó la cabeza para visualizarlo desde distintos ángulos — creo que ya estás preparado... — sonrió y se puso de pie mirando el resto de la habitación — entonces, ahora recuerda lo que tienes que hac... ¡Tú, maldito! — espantó al perro que estaba orinando sobre el ramo de flores que había dejado en el suelo.
Intentó salvarlas pero en cuanto las levantó del suelo, las pobres rosas goteaban del caliente pis del cachorro, mojando incluso la mano de Shownu.
— ¡Jodido perro! — quería golpearlo, pero se controló y se dirigió hacia afuera en un fallido intento por recuperar sus flores.
Bajó las escaleras de la puerta de atrás de la cabaña, notando como el pequeño demonio salía junto a él, visiblemente feliz de descargar sus necesidades sobre el costoso ramo.
— Desgraciado... — gruñó avanzando a un par de pasos de la puerta, con las flores.
Las sacudió un poco pero era inútil, el pis del perro las había impregnado, sin contar el fuerte olor que emitían y no era precisamente a rosas.
Pero luego su preocupación se desvió totalmente de las flores al recordar que el pequeño demonio peludo portaba lo más valioso de esa noche.
Lanzó una mirada rápida a su alrededor pero en medio de la oscuridad de la solitaria cabaña no podía notar el pelaje castaño de aquella criatura a la que Kihyun llamaba mascota.
— ¡Hey...! — se frotó la frente pensando en el nombre del perro — ¡tú, perro! ¡Sé que estás escuchandome! — daba todo de si mismo para recordar el nombre del animal pero no siquiera recordaba si tenía uno — estas acabando con mi pac...
— ¿Shownu? — la voz de Kihyun se escuchó desde fuera, por la parte frontal de la cabaña — ¿Shownu? ¿Estas ahí?
Se quedó casi congelado, de pie allí con las flores empapadas de pis de perro y la mascota desaparecida.
Pero por sí fuera poco, segundos después notó que el pequeño demonio entró a la cabaña al escuchar la voz de Kihyun.
Intentó seguirlo pero desafortunadamente en cuando dio 3 pasos también se dio cuenta que la mascota había salido a hacer del dos porque su zapato izquierdo justo se lo confirmaba.
Levantó el zapato hacia la luz y efectivamente había pisado el excremento del bendito perro.
Maldijo en todos los idiomas que podía maldecir mientras rodeaba la cabaña con la esperanza de que en el camino su zapato fuera limpiado con el césped y no llegar hacia Kihyun con ese olor.
Al llegar a la parte frontal se encontró con la sorprendida mirada de Kihyun quien esperaba pacientemente en la puerta.
— ¿S-Shownu? — él avanzó sin mucho ánimo, visiblemente amargado por lo mal que estaba saliendo todo — ¿Estas bien?
Shownu negó levemente.
— No tanto... — miró la soledad de su alrededor — ¿puedes esperar aquí?
Kihyun lo miró con confusión, sobretodo por la ropa formal que llevaba.
— ¿Esperar que? — avanzó lentamente hacia Shownu y notó las rosas que por alguna razón seguía llevando — ¿Son para mí?
Shownu recordó el pis del perro y en cuanto Kihyun quiso tomarlas, las lanzó lejos y retrocedió.
— ¡No! — Kihyun lo observó visiblemente asustado por la actitud y Shownu lo notó al instante — es decir... — suspiró — si pero no... — Kihyun seguía con su expresión de no-entiendo-nada muy plasmada en el rostro.
