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15 años.

  — Woah, Bakugo, tu casa es gigante, casi me pierdo llegando a tu habitación.

— ¿Qué haces aquí?

— Tu mamá me dejó entrar.

Si bien ya tenía sospecha de eso todavía no entendía qué hacía Kirishima en su casa, especialmente en su habitación, la cual estaba comenzando a acumularse con su ropa doblada sobre su cama y cajas por el suelo.

  — ¿Empacando para el dormitorio?

— ¿Qué haces aquí? Y no pregunto cómo entraste.

— ¿No puedo venir a ver a mi bro?

Kirishima fue a sentarse a la orilla de la cama mientras le daba una amplia sonrisa al contrario, a la misma vez que el rubio se limitaba a fruncir el ceño, como siempre hacía y se cruzaba de brazos sobre su torso.

— No nos hemos visto como hace una semana y de repente viene el tema de los dormitorios  y traes tu feo cabello de mierda junto a tus tontos crocs a mi casa, me parece sospechoso.— dijo tomando las ropas de su cama para echarlas a una maleta recién abierta.— pudiste haberme llamado.

— ¿Cómo sabes que traje crocs? Ni siquiera me viste llegar.—Bakugo le miró alzando sus cejas.— bueno, ¡sí traje crocs! pero eso es irrelevante ahora, yo sólo quería verte, y si no vine antes es porque la policía no me dejó, ya sabes, estuviste ocupado desde que regresaste.

— No es culpa mía que me prohibieran salir de casa o que me hayan secuestrado.—el rubio volvió a ordenar sus ropas en las cajas.

— No lo estoy diciendo, simplemente que bueno.— murmuró sintiendo sus mejillas levemente sonrojadas, casi sin notarse.— te extrañé.—Bakugo alzó sus cejas por las palabras ajenas y lo miró por unos cuantos segundos antes de darle la espalda, relamiendo un poco sus labios para seguir doblando su ropa.— ¿Estás emocionado por el dormitorio?

— No podría importarme menos.

— No tienes por qué ser así.—hizo un puchero a pesar de que el otro no pudiera verlo.— será emocionante.

— ¿Qué tiene de emocionante vivir con otros diecinueve bastardos molestos?

— Pues eso, que vamos a vivir juntos, y podemos tener pijamadas.

— Eres demasiado cliché, yo no hago esas babosadas.

Kirishima mantuvo su puchero mientras se levantaba de la cama, soltando un suspiro al sentir que lo único que hacía era estorbar a Bakugo.

— Bueno, creo que me voy.—el rubio se dio la vuelta para mirarlo con una ceja alzada.— yo sólo quería ver cómo estabas, lamento interrumpir si estabas ocupado.

— Llegaste hace como tres minutos.

— Sí, pero te molesto, entonces te dejaré empacar tranquilo y nos veremos en los dormitorios luego.

Se escuchó un bajo "tch" de parte de Bakugo y se removió un poco incómodo, aunque la incomodidad solamente era de su parte.

— Mejor cállate y pone la ropa que voy doblando a la maleta.

Kirishima miró la espalda de Bakugo (se la había dado de nuevo) antes de que en su rostro apareciera una amplia sonrisa.

— ¿Blasty?

— ¿Qué?

— ¿Puedo abrazarte?

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quedan exactamente dos capítulos para que acabe esto dammit.
pero estoy trabajando en otro kiribaku, se llamará "10 things that makes me happy".
subiré el primer capítulo entre hoy y mañana para que vayan a leerlo, je.
byebye.

Colorblind [KiriBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora