Cuahutémoc y Aristóteles subían por las escaleras del edificio hasta llegar al piso donde se encontraba el departamento de los López. Pancho y los mellizos se habían quedado en la panadería pero Temo se negó a quedarse con la excusa de que quería retomar su sueño, así que ambos chicos ahora se dirigían juntos a sus respectivos hogares.
Ya en el pasillo se detuvieron frente a la puerta del departamento de Cuahutémoc, habían subido en silencio y en cuanto se miraron empezaron a reír.
—Parecemos zombies con estas caras —admitió Aristóteles.
—Zombies que necesitan más horas de sueño.
—Efectivamente —volvieron a reír ambos—, caíste en un profundo sueño en el camino.
—Caí en los brazos de Morfeo —aclaró Temo elevando los brazos lentamente.
—En mis brazos, mejor dicho —murmuró.
—¿Cómo dices?
—No, nada —sonrió insatisfecho.
Aristóteles había pensado mientras subía si debía hablar de lo que pasó en La Burra, pero recordó que Cuahutémoc no quería escuchar nada sobre el tema que tuviera que ver sobre el "nosotros" que involucraba cualquier cosa que tuviera que ver con ellos dos juntos como algo más que amigos, y si hablaba sobre lo sucedido terminaría saliendo el tema, por parte de Aristóteles, sobre los sentimientos que el rizado tenía por su crush.
Un bostezo de parte del menor sacó de sus pensamientos al rizado, éste lo miró con ternura y sonrió.
—Deberías entrar y dormir, debes estar muy cansado —sugirió aún sonriendo—. Hoy llegaste tarde porque te levantaste tarde, supongo que fue porque también dormiste tarde.
—Sí, algo —rió—. Estuve charlando con Diego por videollamada y se nos fue el tiempo volando.
—Oh, ya veo... ¿Y cómo le está yendo?
—Súper, conoció a un chico, muy atractivo según él, y al parecer están intentando formalizar algo.
—Me alegro por él, si vuelves a hablarle dile que espero que vuelva pronto, ya hace falta una diva por aquí. Y mándale mis saludos.
—Esperemos que en vacaciones venga —mencionó sonriendo—. Y claro, yo le mando tus saludos.
Un silencio se hizo presente, nada incómodo, ambos se miraban sonriendo, Aristóteles mantenía sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón y Cuahutémoc estaba de brazos cruzados.
—¿Quieres pasar y te doy algo de com-
—¡Julio, ve con cuidado que vas a caer!
El grito de Pancho hizo que ambos dirigieran su vista a las escaleras, donde vieron a Julio corriendo con una bolsa llena de pan. Francisco y los mellizos llegaron hasta donde estaban los jóvenes y Aristóteles se aclaró la garganta.
—Bueno, creo que ya me voy, mis padres deben estar esperándome.
—Aristocracio, ¿no te quedas a comer?
—No, Pancho, muchas gracias. Pero en serio debo llegar a mi casa, será en otra ocasión —confirmó Aristóteles—. Hasta luego, Pancho, mellizos —se inclinó un poco para estar a la altura del par y después subió su vista hacia el jóven que hacía que su corazón fuera más rápido de lo normal y sonrió—, Temo.
—Adiós, Ari —dijeron al unísono las calcomanías.
—Hasta luego —se despidió Cuahutémoc—, Aristocracio.
Todos rieron y Aristóteles hizo un ademán con la mano en señal de despedida y se dirigió de nuevo a las escaleras, antes de subir volteó de nuevo al apartamento de su amigo toluqueño para verlo a punto de entrar después de toda su familia, éste volteó a las escaleras y le sonrió al rizado, lo saludó con la mano y entró al departamento. Aristóteles soltó un suspiro enamorado y subió las escaleras de dos en dos.
Al llegar a la puerta de su departamento, se detuvo y sacó su teléfono celular para verse en el reflejo de la pantalla, una sonrisa no se podía quitar de su cara al recordar los brazos de Cuahutémoc rodeándolo en un abrazo mientras él estaba dormido, un sonrojo subió por sus mejillas y sólo miro al cielo soltando un nuevo suspiro. Al paso de unos segundos, decidió entrar a su departamento gritando un "¡Ya llegué!".
—¡Ha llegado mi orgullo Córcega! —saludó felizmente Audifaz al ver a su hijo entrar al departamento.
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Besayúname [#1]
Fanfiction-¿Tienes hambre? -rió el rizado. -No alcancé a desayunar en mi casa, me levanté muy tarde -rió avergonzado-. Sí, tengo hambre. -Besayúname -lo dijo tan cerca del contrario que causó que tragara saliva de los nervios. Besayúname por las mañanas. ____...