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La verdad, si TaeHyung quería llevar a Hye a algún lado, era todo un dilema, primero, en convencerla y luego, para que termine de prepararse.

- ¡Oppa! ¿Dónde está mi vestido rosa?

- Ah, Hye, ¿No te puedes poner otro vestido?

- ¡No! Si vamos a salir, tengo que verme bonita.

- ¿Qué? ¿Bonita para quién?

- Para ti, oppa, claro.

- Ah, que no me entere que quieras verte bonita para alguien más.

Esas cosas siempre le sacaban esas tiernas risillas a Hye.

- ¡Oppa! ¿Puedo llevar mi peluche del Señor Dinosaurio?

- No, Hye, se te puede perder.

Ella soltó un chillido desesperada, no podía permitir eso.

- Y no, no puedes llevar ni a George, ni a Peppa, ni ningún otro cerdito porque se perderá sin importar quién sea.

Ella se quedó un momento en silencio.

- ¿...Y a Susy?

Bueno, no era un cerdito.

- Hye, no puedes llevar peluches.

Ella asintió con un puchero.

Él moría de pena, pero no podía permitir que alguno de sus preciados peluches se perdiera, pobrecita... Y pobre de él que tendría que soportar su llanto por por lo menos una semana.

Infantil 《KTH》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora