Infantil 《KTH》

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— ¿Cree que usted y su esposo se encuentran en condiciones de cuidar a Hye?

Recibir una llamada de parte de TaeHyung había sido algo inesperado, pero su pregunta la había sorprendido aún más, era algo tan repentino.

TaeHyung le parecía un chico tan dulce, guapo y respetuoso, le tenía mucho aprecio y, en cuanto vio lo bien que se llevaba con su única hija, le pareció que era la oportunidad perfecta. No entendía cómo alguien cómo él podía sentirse atraído por la chica, pero le había solucionado sus problemas.

Conocía a sus padres desde hace muchos años, pero nunca había dejado que el chico conozca a su hija por miedo a su reacción, hasta hace un año, luego de escuchar los ruegos de TaeHyung por tanto tiempo. Nunca le había mencionado el problema que Hye tenía, pero creía que tal vez sus padres lo habían hecho, de todas formas, a él no parecía importarle demasiado.

— ¿Señora?

Diablos, se había quedado sumida en sus pensamientos.

No sabía muy bien qué contestar, a estas alturas creía que nunca escucharía algo así, pero sabía que podía cansarse de Hye tarde o temprano.

— ¿Por qué lo preguntas, Tae? —Contestó finalmente.

Por supuesto que se encontraban en condiciones de cuidar a su hija, pero ya no esperaba tener que volver a hacerlo.

— Oh... Por nada en específico, en realidad. Sólo q-que... no... no estoy muy seguro de que sea lo mejor que Hye se quede aquí conmigo.

Notó que tardó un poco en contestar, y le costó formular su respuesta; se lo oía nervioso ¿Acaso estaba poniendo excusas?

— ¿Ocurrió algo?

Temía que esté decidido a dejar a Hye, pero oír su respuesta, sólo la dejó desconcertada, ¿cuál era su verdadero problema?

— No, no. Sólo que creo que se encontraría mejor bajo sus cuidados.

Ya se estaba cansando de esto, ni siquiera quería decir el motivo por el que ya no quería cuidar de Hye y no parecía ser muy persistente con ello así que simplemente evadiría el tema, no quería tener que lidiar nuevamente con su hija.

— Pero ya has vivido con ella por mucho tiempo, TaeHyung, y no parece que nada haya ido mal. Confiamos en ti, no hay motivo para que las cosas cambien ahora.

Ni siquiera había mencionado la enfermedad de su esposo y temía que TaeHyung note que en realidad sí podían cuidar de Hye.

Hubo un silencio por unos segundos, hasta que finalmente contestó.

— Está bien, adiós.

— Adiós, Tae.

Rápidamente finalizó con la llamada.