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— ¿Señorita Juliana?— Oigo a Hishimura llamarme no muy lejos de dónde yo estaba, pero me niego a hacerle caso. Todavía seguía  cabreada por él haberme dicho que yo estaba mintiendo el otro día. Vale, mentía. Pero él ni para imcubrirme ¿No? — ¿Señorita Juliana?— seguí sin hacerle caso. Suerte que estaba de espaldas a él sino....— Señorita Juliana...—su voz aterciopelada sonó pegada a mi oído haciéndome temblar de los pies a la cabeza.

"¿Qué es este tipo? ¿¡un ninja!?" Intento mantener la calma y no darme el salto de mi vida antes de dar media vuelta y toparme con la cara de Hishimura a míseros centímetros de la mía.

— ¿Me oyes ahora Señorita Juliana?— preguntó con la misma pasividad tan típica suya.Y dios, empezaba a gustarme sobremanera la forma en la que él me llamaba "señorita Juliana".

— Estoy ocupada Kawasaki.— digo con la vista al techo, porque no tenía fuerzas para mirarlo a los ojos.Yo seguía estando algo asustada por su silenciosa cercanía. 

"Mejor le pongo una campanilla en el cuello para cuándo se me acerque o algo." Pensé.

— Mirar durante horas una pantalla en blanco sin duda puede llegar ser muy agotador.— comentó sin alejarse mientras apuntaba hacia mi portátil.

Yo sólo no supe identificar si él estaba siendo irónico o de verdad que estaba preocupado.

— Maldita seas Hishimura...— musité por lo bajo y él pareció escucharme.

— ¿Has dicho algo señorita?

— Nada de naaaada.— funfurre alzando un pelín la mirada. Sin embargo, él hizo algo que no me lo esperaba,  su mano reposó en el centro de mi cabeza, y casi de forma infantil me acarició el cabello. Una forma afectiva de su parte supongo.

— No te sobreesfuerces demasiado.— comentó. — Incluso los mejores autores tienen sus malas rachas. Si no te ves capaz de escribir ahora, no lo hagas.

— Wow... Gracias Hishimura.— dije realmente conmovida por un momento. —  Me apuntaré esta frase por si alguna vez me sirve de algo.

— ¿Porque no te tomas un consejo sin más? — Él preguntó tomando algo de distancia, su cara me pareció indescriptible.

— Bueno, no te lo tomes a mal, me gustan los consejos. Pero también me gusta comer. Y si no escribo no gano dinero. Si no gano dinero no como. Y como verás, si no tengo dinero tampoco podré pagarte. ¿Sabes por dónde voy no?

Pues eso. Un punto para mi y cero para Hishimura. Ese viejo sabía menos de lo que yo me creía.

Pero claro, me equivocaba.   Debería haber tomado su consejo y haberme quedado callada. Sin embargo por desgracia yo tenía el defecto de siempre querer tener la última palabra.

Estrellas en la oscuridad [Sin corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora