IV

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―¡Suéltame! ¡Asqueroso! ―Clar estaba por irse, pero de inmediato, Kim la detuvo y la dejó inmóvil en la silla.

―Por favor, todo este tiempo te extrañé.

―¿Crees que tú fuiste el único qué "sufrió"? Desde que me... Ese día no volví a ser normal, me daba asco cuando me acordaba de ti, ¡nunca estuve con nadie por tu culpa! ¡Eres un asqueroso!

―Y-yo... ―Kai estaba sorprendido a la reacción de la chica.

―¿Tú qué? No me vuelvas a buscar ni nada, aléjate de mí.

Clara lo empujó, haciendo que se cayera al suelo. Se levantó del asiento, Kai rápidamente se paró y le jaló hacia él.

―Solo una follada y nada más. ―moduló Kim.

―¿De qué hablas?

―Estos tres días juntos... Toda la noche...

―¿Qué? ―la joven estaba atónita.

Kai acortaba los pocos centímetros que los distanciaba, pero esta lo empujó rápidamente.

―¡No me toques! ―ordenó Clara. Frunció el ceño el joven Kim.

―¿Acaso no me extrañaste? ―preguntó él, confundiendo a la muchacha.

¿Cuándo uno piensa años en una persona, eso es extrañar a alguien?

Quedó muda.

―¡Vamos, responde! ―exigió Kai.

―E-eh...

―¿¡Qué!? ―exaltó él.

―Yo no te extrañé. ―musitó Clar. Kai comenzó a reír como un loco, ella no entendía el porqué.

―Eres tan mala para mentir. ―decía entre carcajadas.

―Y tú eres tan mal hijo. ―paró de reír y se acercó a Clara desafiante.

―¿Mal hijo?

―Sí ―respondió decidida―, estamos en el velorio de tu padre y en lo único que piensas es en...

Él cerró los ojos, precisando lo que iba a decir.

―Yo... ―Kim no sabía nada más que decir: "yo".

―Tengo razón, así que déjame ir.

Con pasos asegurados ella se dirigía a la salida, Kai la empujó (nuevamente) contra la pared, haciendo que la espalda de Clara doliera, pero a él no le importaba, porque luego de ese acto, él la acorraló.

―¿Te dije qué no te iba a dejar ir? ―exclamó Kim.

―¿Disculpa?

―¿No escuchaste? No-te-de-ja-ré-ir.

―Acaso ¿Me encerrarás?

―Si es necesario, sí. ―confesó Jongin.

―No puedes hacerlo.

―¿Por qué no?

―Estamos en un velorio ¿o se te olvidó? ―dijo Clar.

―¿Y piensas qué me importa? ―interpeló Kai.

Jongin se acercó muy desafiante hacia Clar. Él sabía que la llevaría a la cama sí o sí, no es que ella sea una suelta, pero, Kai aseguraba que ella se moría por él (en su mente). Estaba convencido de que obtendría lo que quiere, en cambio ella por otro lado; solo pensaba en lograr salir de ahí, pero aun así le preocupaba lo que podría hacer aquel joven.

―Te voy a disfrutar. ―miró pícaramente a Clara, esta tembló un poco al ver el rostro de Kim. Este se lanzó ante ella literalmente, la comenzó a besar por todos lados, la tenía rodeada por sus brazos, y bien sostenida.

―¡No! ¡Para! ―exigió ella.

Él hizo caso omiso a lo que dijo, la sostenía más fuerte aún. En un segundo llegaron a la cama, quedando Kim sobre Clar, hicieron contacto visual por un momento, los ojos de Kai brillaban al verla.

―Te amo, Clara ―ella quedó paralizada, nunca pensó que el qué la penetró sin piedad cuando pequeña la ame ahora―. ¿Acaso no me dirás nada?

Ella no sabía qué responder, si irse de ahí o dejarse llevar por el hombre que la amaba, supuestamente.

―Yo...

―Bien, dejémoslo así.

Kim salió sobre ella. Él la había dejado libre, por un segundo Jongin cambió; él quería follarla, pero después de un segundo la dejó libre; fue inexplicable. Clar al salir de ahí pudo ver a las personas que acompañaban a la madre de Kim en la muerte de su esposo.

―¡Aquí estás Clara! ―habló su mamá.

Cerró la puerta de la habitación completamente. Se había encontrado con su madre a la salida. Kim, por otro lado, se quedó paralizado ante su acto, nunca había pasado eso, si tenía la oportunidad de follar a alguien no la desperdiciaba, pero esta vez fue diferente.

―Sí, es que estaba hablando con Kim.

―De acuerdo. Ven, vamos a acompañar a la madre de Jongin, está muy mal.

―Está bien.

Entraron a una especie de sala donde se encontraba la madre de Kai; estaba sentada con un paño para secarse las lágrimas. La madre de Clar se acercó a la madre de Kim y se sentó al lado de ella. De la nada apareció Kai, solo estaban separados por unos metros, se daban miradas, era el momento de la tensión, estaba todo silencioso. Sus miradas cruzadas hacían aumentar la tensión, pero sólo eran ellos los que estaban incómodos.

―Yo y la madre de Clara iremos a descansar, si quieren ustedes también pueden ir a descansar chicos, ya es de noche y necesitamos tener fuerzas. ―dijo la madre de Kim refiriéndose a los dos muchachos. Ellas se levantaron y se fueron, el padre de Clar estaba jugando a las cartas con los demás señores amigos del padre de Kim.

Clara solo se mantenía ahí sin hacer ningún movimiento, por alguna razón no quería irse de ahí, Jong solo la miró, demostrándole si lo seguiría o se quedaría ahí parada como una tonta. Esperó a que Kai se fuera y lo siguió.

―¡Jongin! ―gritó y él se dio media vuelta para mirarla.

―¿Sí? ―él.

―¿No hay más habitaciones? ―preguntó la joven.

―No. Tendremos que dormir en la misma habitación.

Clar al escuchar esto su corazón se aceleró por un momento, no había más habitaciones disponibles, la única opción era dormir con Kim o estar toda la noche despierta jugando a las cartas con los mayores.

―No me sobrepasaré si dormimos en la misma habitación. ―exclamó serio, pero ella no terminaba por completo de creerle.

―Eso espero.

Siguió su camino y Clara fue detrás de él. Al llegar a la habitación nadie habló, cuando Jongin cerró la puerta ella sintió una sensación rara en su cuerpo; algo inexplicable. Ella, entró a la cama con ropa y el chico igual en su respectiva cama. Nadie cerraba los ojos, se estaban dando la espalda, un fuerte silenció los apoderó, haciendo que el lugar se pusiera más incómodo, Clar queriendo acabar con esa tensión habló:

―Oye... ―se dio vuelta para mirarlo.

―¿Qué?

―¿Estabas hablando de verdad cuando me dijiste...?

Retorcido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora